Observamos a nuestra capital en ebullición, al fin iluminada, al menos en las vías principales, abarrotada de adornos navideños, con inusitado tráfico en las autopistas y avenidas, ventas por doquier de arbolitos de Navidad que se agotan a una velocidad espasmódica, los principales restaurantes abarrotados de gente, eventos de todo tipo que van desde El Cascanueces, hasta un show de la talentosa Nella Rojas.
Uno se pregunta ¿estamos en una fase de recuperación o estaremos viviendo una ilusión óptica circunstancial? Es cierto que el dólar, tan vilipendiado por el régimen, aunque secretamente lo adoran, es ya prácticamente la moneda de curso legal, y que se lo ve aceptado por todos, incluyendo heladeros y buhoneros, pero ¿será esa la realidad del resto del país? ¿habrá aumentado -sin que lo sepamos- la productividad de la empresas? ¿ estarán de nuevo en auge las ventas en los centros comerciales y se estará deteniendo la migración de nuestros pobladores porque ya encontraron oportunidades satisfactorias? ¿O será que lo que vemos es el último intento del régimen de favorecer a como de lugar a Caracas, para que esta sea, urbe et orbe, la vitrina que demuestre que en el socialismo del siglo XXI se vive tan bien como en cualquier metrópolis del mundo?
La verdad, esta burbuja, que ha convertido nuestra capital en Narnia, es un fenómeno de corta duración, pues ya estamos comenzando a ver largas colas en las estaciones de servicio de gasolina; la luz está trastabillando; Internet y las comunicaciones telefónicas fallan recurrentemente; el Metro sufre percances cada vez con mayor frecuencia…
Reza el dicho popular: no se puede tapar el sol con un dedo y, si bien uno puede alegrarse que los caraqueños y los recién llegados de la provincia la estén pasando “ bomba” este diciembre en la cuna del Ávila, no podemos olvidar cómo se vive en el resto del país y no debemos olvidar que la recuperación de nuestra nación requiere mucho más que iluminar al Guaire y la proliferación de bodegones.
Si no se produce un cambio fundamental en la conducción de la nación, más pronto que tarde esta burbuja explotará y Caracas será otra ciudad más que sufrirá las consecuencias del peor gobierno que ha tenido Venezuela en toda su larga historia.
