“El coronavirus reseteó el planeta dejando en evidencia las carencias de sus instituciones y quienes las dirigen, desde gobiernos hasta organismos internacionales las respuestas fueron insuficientes, inapropiadas o interesadas según ideologías o cálculos políticos, cuando crisis humanas ameritan acciones para toda la humanidad. Con contadas excepciones, como Taiwán y quizá El Salvador, los pueblos desconfían de sus líderes”.
Así lo expresó el periodista Carlos Javier Arencibia, quien destaca que es inevitable que se generen nuevas relaciones sociales y expectativas políticas que recuperen la legitimidad de los sistemas democráticos, para lo que serán necesarios nuevos líderes que demuestren la capacidad de poner a la persona humana por encima de cualquier cosa cuando se trata de crisis que afecten a todos o buena parte de los individuos: “es una cuestión de las naciones y también de tener visión global”.
“Lo que propongo, y creo ineludible si se quiere garantizar un mejor futuro para los seres humanos, es un cambio de conceptos, estructuras, de los sistemas que nos rigen, partiendo por los hombres y mujeres que hoy están al frente de ellas. Repúblicas democráticas civiles que fortalezcan Estados de derecho y justicia con visión y planificación política, económica y cultural de un siglo, capaces de influir y contagiar de estos principios a los organismos internacionales para reformarlos, acondicionarlos o incluso reconstruirlos a partir de allí”, aseveró.
Sostiene que la situación actual permite la oportunidad de ser más empáticos con las causas ajenas, lo que significa una esperanza de futuro mejor. “Sin duda alguna, el mundo que dejamos no regresará y depende de nosotros que sea mejor o peor”, concluyó.
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