La crisis económica que degeneró en hiperinflación aunado a la crítica falla en la distribución de gasolina, amenaza con «aniquilar» a los pocos motorizados que quedan activos en las calles de los Altos Mirandinos.
A la imposibilidad de adquirir, por costo o escasez, repuestos para mantener operativos sus vehículos ahora se suma la dificulta que atraviesan a diario para poder repostar combustible.
«No es posible que sólo atienda 100 o máximo 300 a diarios, le dan prioridad a los vehículos y a nosotros nos tratan como plagas», reseñaba la mañana de este miércoles visiblemente molesto Pedro Rojas.
Rojas amanecía en el bulevar Las Minas con la esperanza de ser atendido en la E/S La Auxiliadora. «En la Oveja Negra ni en la del pueblo nos quieren atender, y aquí sólo suministraran combustible a 300», dijo.
Admite que la proliferación de motorizados en las calles hace unos pocos años – antes de la crisis–generó gran rechazo de la sociedad hacia ellos, ya que delincuentes utilizaban este tipo de vehículo para cometer sus fechorías.
«Generalizar está mal, soy padre de familia y mi único sustento es esta moto, me rebusco haciendo delivery y sino tengo gasolina me quedo sin trabajo», explicó.
Piden tanto a la GNB como a la PNB y la Policía del estado Miranda, organismos encargados de las bombas, tener mayor empatia hacia ellos que «también somos venezolanos y tenemos derechos».
Redacción El Tequeño
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