Carmen agradece al cielo tener WhatsApp. A sus 63 años, nunca imagino que su estabilidad emocional dependería tanto de un «aparato» que solía criticar cuando veía a sus hijos inmersos en él.
Chourio es trabajadora residencial en el Edificio La Acacia, ubicado en San Antonio de los Altos desde hace 29 años, pese a ser madre de tres hijos se encuentra actualmente sola a raíz de la cuarentena.
Vive en un apartamento acogedor que tieni una sola habitación, en cuyo interior cabe cómodamente una litera, algunos muebles y su máquina de coser.
“La sensación de estar sola me deprimirme un poco pero enseguida busco algo que hacer, me reconforta mucho hablar con mis hijos, nietos y familiares a través del WhatsApp o video llamadas ya que los puedo ver», narra.
Afirma que nunca vivió algo así, que es muy preocupante la situación que está atravesando la sociedad ante la amenaza del Coronavirus, «más cuando las personas de la tercera edad son los más vulnerables» .
“Solo pensar en esta situación me da miedo y me estrésa», dice Carmen, quien no suelta un rosario con el que reza, «eso me tranquiliza».
También utiliza su máquina y se sienta a coser algún encargo o simplemente hago tapabocas para algún vecino que los necesite, ‘eso me relaja y me tranquilaza mucho».
Estas dos semanas de cuarentena le han parecido una eternidad, no sale sino para comprar alimentos y enseguida se regresa a su hogar para cumplir con las recomendaciones de las autoridades.
Está agradecida con los propietarios del edificio por su apoyo colaboración en cuanto a la limpieza «ya que ellos limpian sus pisos, pasamanos y parte de las escaleras, con la finalidad de mantener la debida higiene para eliminar cualquier tipo de virus» .
“Quedarme en casa es la solución y cuidar de mi salud que es lo más importante», sentencia.
José Romero
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