La autoestima es nuestra mayor fortaleza. CIPSIA Psicólogos la define como el conjunto de pensamientos, atribuciones, percepciones y sentimientos sobre nosotros mismos y nuestra valía. Es decir, es la valoración subjetiva que hacemos de nosotros mismos respecto a todos los aspectos de nuestra vida.
Esta influye a su vez en nuestra forma de vivir, nos motiva y no incita a aceptar riesgos. También afecta a la forma en la que nos relacionamos con los demás y a los vínculos que establecemos.
La autoestima evoluciona a medida que vivimos nuevas experiencias. La construimos desde niños. Según vamos creciendo, vamos formando una idea de quiénes somos y vamos creando unas expectativas sobre nuestras posibilidades. Con el paso del tiempo, iremos encontrándonos bien con nosotras mismas o, por el contrario, a disgusto.
Y es que tener una baja autoestima, no estando a gusto con quien eres o no confiando en tus capacidades, tiene unas consecuencias terribles.
Por ello, te contamos 10 trucos para que puedas identificar si tienes problemas de autoestima y le pongas solución.
Los diez ‘tips’
A continuación te daremos los 10 tips para que identifiques si tienes problemas de autoestima.
Los ocho primeros los propone D’Anna García (1999):
- Dura y excesiva autocrítica. Esta te mantiene en un estado de hipervigilancia e insatisfacción contigo misma.
- Hipersensibilidad a las críticas. Te sientes frecuentemente atacada o herida. Tiendes a echar la culpa de los fracasos y las frustraciones a los demás o a la situación. Además, guardas resentimiento a los críticos.
- Eres muy indecisa. Tienes un miedo exagerado a equivocarte, lo que te lleva a la inacción.
- Deseo innecesario por complacer. No te atreves a decir que no por miedo a desagradar o perder la buena opinión de quien pide. En ocasiones tampoco te atreves a expresar tus opiniones.
- Perfeccionismo. Buscas hacer todo siempre perfecto y te desmoronas internamente cuando esto no sale así.
- Culpa excesiva. Tiendes a exagerar los errores y/ o faltas y no llegas a perdonarte por completo.
- Hostilidad flotante. Estás constantemente irritable, siempre a punto de estallar por cosas de poca importancia.
- Actitud defensiva. Mantienes una actitud negativa constante y una falta de ganas generalizada de vivir.
De acuerdo con el profesor Hal Hershfield de la universidad de UCLA (2014), a la lista anterior habría que añadir dos indicadores más:
- Habitualmente sientes ansiedad y una profunda tristeza.
- Te corroe la envidia cuando los demás logran algo.
¿Ocasional o general?
Ahora que conoces los indicadores y antes de ponerle solución, es importante que sepas que existen dos tipos de baja autoestima. Una es la situacional, que se manifiesta o abarca solo áreas de la vida. Por ejemplo, una persona que no se ve capaz de alcanzar ciertos logros en su profesión.
La otra es la caracterológica. En este caso, la mala sensación es global y tiende a cubrir varios aspectos de la vida. Guarda más relación con la identidad, las personas con este tipo de baja autoestima ponen en constante entredicho la definición del propio ser.
En ambos casos, la baja autoestima responde a necesidades no cubiertas en el pasado. Estos huecos buscan taparse en conductas que dependen de otros. Aquí se produce la sensación de querer encajar, de pertenecer a algo.
Cómo mejorar la autoestima
En caso de que hayas identificado que tienes un problema de autoestima, has completado el primer paso. Para ponerle solución es importante saber lo que nos pasa.
El segundo escalón es querer resolver el asunto. Una vez que apuestas por ello, comienzas un camino hacia el amor propio y la confianza en ti misma que recomendamos realices con un profesional.
Además, hay algunos consejos que pueden servirte para ganar confianza. El Instituto Europeo de Psicología Positiva recomienda lo siguiente:
- Localiza el origen de tu baja autoestima: pregúntate el porqué de tus miedos.
- Inténtalo, aunque puedas fracasar: la autoestima aumenta cuando te enfrentas a las circunstancias, y disminuye cuando las evitas.
- Sustituye objetivos por valores: no conseguir un objetivo puede frustrarnos, por ello, pon el foco en la actitud que mantienes para intentar alcanzarlo.
- Identifica tus fortalezas: todos tenemos unas cualidades o características innatas que son aquellas habilidades que se nos dan especialmente bien.
- Convierte los pensamientos negativos en respuestas racionales: detecta los pensamientos irracionales, negativos y cámbialos por otros más realistas y objetivos.
- Sepárate de tus miedos: haz como si no existiera, entiende que no somos lo que pensamos y que cuando pensamos algo no significa que vaya a ocurrir.
- Perdónate a ti misma: la autocompasión está muy relacionada con el autoconcepto y consiste en tratarte con la misma empatía con la que tratarías a tu mejor amigo.
- Cambia tu postura: la forma de colocar el cuerpo influye en el ánimo, intenta utilizar una postura erguida y expansiva cuando te encuentres triste.
- Haz ejercicio: el mayor estudio realizado sobre ejercicio y autoestima demuestra que, siempre que sea de mediana intensidad, hacer deporte incrementa la autoestima a corto plazo.
- Piensa más en los demás: piensa menos en ti y tu malestar y trata de llevar tu atención hacia fuera.