Con más de 12 mil habitantes, la urbanización La Rosaleda es una de las más grandes de los Altos Mirandinos y al igual que el resto de la entidad, padecen por la falla de la distribución de agua y la falta de alumbrado público.
Belkis Villanueva, residente del edificio Caroní, denunció que “con suerte” acceden al servicio una vez a la semana, “nos llega los martes y esporádicamente los jueves, debido a una avería del tanque 8 estuvimos secos por más de cuatro días continuos”.
En La Rosaleda habitan 2 mil 372 familias, según un censo realizado hace una década eran 12 mil vecinos. “Actualmente podrían vivir aquí unas 15 personas, muchos niños y adultos mayores que sobreviven en medio de una pandemia son agua”, dijo.
Agregó que el alumbrado público es prácticamente inexistente. “La urbanización está complemente a oscura, la avenida principal especialmente”. Dijo que en relación a los apagones, la mitad del popular sector suele quedar sin luz constantemente, por estar alimentado por líneas de energía de dos municipios, Carrizal y Los Salias.
“Muchos vecinos quedan atrapados dentro de los ascensores, cada una de las 34 torres que integran la zona tienen 16 pisos, estar sin agua ni luz es una drama”, aportó Angélica Luna, agregando que vive en un piso 14 junto a su padre, un hombre de 78 años.
Piden a la empresa Estatal Corpoelec así como Hidrocapital, cumplir con los cronogramas en el suministro.
Daniel Murolo – vía Punto de Corte