En tres calabozos de estrechas dimensiones sobreviven hacinados 200 presos en la subdelegación del Cicpc de Los Teques, estado Miranda. Un cuarto calabozo alberga a las mujeres detenidas.
Familiares de los internos denunciaron que estos fueron objeto de una rigurosa requisa, les sacaron todas sus pertenencias, decomisaron 25 celulares y dejaron a los hombres semidesnudos, en shores o en interiores.
En este recinto de detención preventiva conviven presos que tienen tres ó más años privados de libertad esperando audiencia.
Con el hacinamiento se han agudizado las enfermedades como sarna y tuberculosis. Presos con patologías preexistentes no reciben tratamiento y corren riesgo de muerte.
Los tuberculosos no reciben las dosis completas de pastillas porque el medicamento escasea y tienen que distribuirlo entre varios para que ninguno se quede sin recibir el tratamiento, aunque sea incompleto.
– A mi hijo le dio un ACV, tiene que tomar tres pastillas diarias y solo me permiten pasarle dos y a veces una. Los tratan como si fueran perros. Dijo la madre de un preso.
Denunciaron que durante la requisa golpearon a cuatro presos, y los acusaron de intento de fuga y de riña colectiva.
Los familiares solicitan que alguna autoridad entre a los calabozos para constatar el estado en que se encuentran los presos, ya que les restringieron las visitas y el ingreso de agua potable.