El régimen de Nicolás Maduro declaró la cuarentena y tomó medidas el pasado 15 de marzo para hacerle frente al coronavirus en el país, momento en que la enfermedad era declarada como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Venezuela entraba en Estado de Alarma, decreto que sigue vigente con restricciones que han influido duramente en el crecimiento de la tasa de desempleo venezolano, según el Informe de Coyuntura Venezuela de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) del mes de Septiembre del año 2020.
Samuel Morales Escuela El Pitazo
Fueron suspendidas las actividades económicas y escolares, y se restringió el tránsito en todo el territorio con el principal objetivo de limitar los contagios. El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Ucab señala que son estas medidas las que complicaron aún más la precaria situación de las empresas que aún siguen en pie, producto de la fuerte y larga contracción económica.
La tasa de desempleo abierto creció 6,9 puntos porcentuales a nivel nacional, indicador que alcanzó 10,5% en el Distrito Capital sólo en los primeros dos meses de confinamiento. Esto como producto de la restricción a la circulación y de la escasez de gasolina que mantiene en alerta a los conductores de todo el territorio.
«El 80% de las industrias están paradas por la pandemia y el 20% restante, que opera por ser de sectores prioritarios, lo hacen bajo el esquema 7+7 (siete días de paro los siete siguientes con actividad parcial) y al 18% de su capacidad instalada», precisa el informe de la Ucab que recoge datos arrojados recientemente por Fedecámaras y Conindustrias.
El informe además advierte que hay aproximadamente mil empresas en el país que no podrán continuar operando si las medidas se mantienen de acá a un año, ya que en la actualidad están al borde del cierre definitivo. Esto significaría una pérdida de 3 millones de puestos de trabajo.
«El sector bancario, uno de los más afectados, registró 45.738 ocupados al cierre del primer semestre de 2020, 3.428 puestos de trabajo menos con respecto al número de los registrados en diciembre de 2019. Por su parte, el sector público ha reducido su nómina de cerca de 3 millones de empleados (20%) en los últimos tres años, lo que refleja el impacto de la emigración y el incremento de la informalidad en el mercado de trabajo», señala la Ucab.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2019 – 2020 (Encovi) advierten que un 43% de los hogares del país manifiesta la imposibilidad de conseguir trabajos e ingresos laborales para sus miembros, y precisa que son los trabajadores independientes los más afectados por la situación.
El problema no es de ahora
Si bien el desempleo en el país se ha endurecido en los seis meses de cuarentena, el indicador venía golpeado con antelación por la ola migratoria que creció desde el 2015 y la crisis hiperinflacionaria que comenzó en el año 2017, según la misma Encovi.
«La ola emigratoria ha atenuado la presión sobre el mercado laboral, al reducirse el número de personas en edad de trabajar en más de 2 millones de personas entre 2015 y 2019. Esta disminución en el desempleo absoluto pasó a reflejarse en la tasa de desempleo que después de alcanzar un máximo de 9% en 2017, se redujo a 8,8% en 2018», recoge el informe de la Católica Andrés Bello.
También advierten que en la actualidad el empleo sigue concentrado en los comercios y servicios que representan al sector terciario de la economía, esto por el incremento de la actividad informal y las consecuencias de la crisis económica sobre la industria manufacturera.
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