Hablar del 23 de enero es una responsabilidad histórica, más aún cuando hemos cometido los mismos errores del pasado, es más, estamos tan jodidos que muchos añoran a Pérez Jiménez. A 63 años del 23 de enero «Caída la dictadura» Se sienten aún algunos miedos del pasado, pues el verde oliva y la peinilla siguen causando el mismo miedo, pues las leyes de ayer favorecían al régimen y no al pueblo, pues la tortura era la orden del día, eso sin hablar de muertos y desaparecidos de un pasado convertido en presente, casi no ha cambiado nada, vale ahora decir que <un pueblo que conoce su historia no comete los mismos errores> «Que no gobiernen más los militares» decía: Jovito Villalba -le quedamos mal al viejo-
Hoy, al igual que ayer, debemos llegar hasta el final para lograr la victoria y rescatar la democracia -¿Pero como?- pues la respuesta recae en una palabra difícil de entender y difícil de asumir y aún más difícil de ejecutar en estos días de egos, le llaman *unidad* y es que para derrotar a regímenes tan poderosos como los de Jiménez y de Maduro la unidad y la lucha son el único camino viable, y esa es la alternativa democrática por la que debemos pujar hoy, pregunto: ¿Que unió a los ricos y a los pobres en la revolución francesa? ¿Que unió a esclavos, criollos y mantaunos en la guerra de independencia? ¿Que unió a Stalin con Churchill? ¿Que unía a los comunistas y a los adecos cuando Pérez Jiménez? ¡Pues tenían un objetivo y un enemigo en común! yo no imagino a Fabricio Ojeda criticando a Betancourt, ni mucho menos a Ruíz Pineda metiéndole el pie a Pompeyo, pues un interés superior prevaleció y se llama libertad.
Nuestro pueblo será el juez, aquellos que definimos asumir la responsabilidad de dirigir la lucha o al menos ser parte de ella no podemos evadir el compromiso y jamás abandonar la marcha, se necesita claridad teórica, compromiso de lucha y honestidad, en una Venezuela corrompida por la corrupción hacen falta hombres como: Pinto Salina, Droz Blanco, Alberto Carnevali y tantos héroes más que solo al nombrarlos se percibe el deseo imperioso de imitar su coraje, el 23 de enero es un golpe a la conciencia que no puede ser olvidado ¿Cuánta sangre y cuántas lágrimas se han derramado en la patria y todavía hay tiranos? !Que no muera nunca más un Venezolano en manos de contrario político! Pronto llegará la libertad con la promesa de que nunca más caiga la democracia.
Fabricio Briceño
Profesor y político