El 20 de marzo de 2023 a través de un mensaje por la red social Twitter (ahora X), el ministro de petróleo y zar de la economía venezolana, Tareck El Aissami, renuncia a su cargo, en medio de una tormenta de corrupción que destapó el mismo gobierno de Maduro.
“En virtud de las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en PDVSA, he tomado la decisión de presentar mi renuncia como ministro de Petróleo, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar totalmente este proceso”, escribió en su cuenta personal.
Tareck El Aissami
El Aissami, de 48 años, es señalado por la Oficina de Control de Activos de Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EEUU desde 2017 de ser “narcotraficante especialmente designado”.
El abogado, criminólogo y político venezolano con ascendencia siria y libanesa, exvicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, y que en el momento de haber sido ministro de Interior y Justicia constituyó una estructura de inteligencia paralela, a su servicio personal, empezó a amasar fortuna desde el momento de haber sido electo gobernador del estado Aragua.
En su declaración de renuncia dijo que en su condición de “militante revolucionario” se ponía a disposición de la dirección del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para “apoyar” la “cruzada” contra los “antivalores” emprendida por el presidente Nicolás Maduro.
Después de ese momento, no se sabe más nada de él. Ninguna aparición pública, puros rumores, especulaciones, y en medio, la detención de más de 60 funcionarios y empresarios vinculados a una trama de corrupción desarrollada bajo el uso de esquemas financieros alrededor de criptoactivos y los recursos de PDVSA, para “evadir” las sanciones.
¿Dónde está El Aissami?
Desde “informaciones” de que se hizo una cirugía plástica y está en Siria o Turquía, hasta que lo ven trotando por Fuerte Tiuna, o está muerto, medios, periodistas y políticos han especulado sobre el tema.
Una información que llega a la redacción de Punto de Corte, que hemos podido validar con otras fuentes del chavismo, nos corroboran que Tareck El Aissami se encuentra en una celda 2×2 en Fuerte Tiuna, en “condiciones no muy confortables”.
Una persona que lo visitó y logró conversar con él afirma a nuestra fuente que se encuentra “en estado de desesperación”, ya que Nicolás Maduro no decide que hacer con él mientras los días pasan.
Nuestra fuente advierte que la causa de su detención “no solo gira en torno al tema económico y de corrupción, sino de un celo político, e incluso de algunos movimiento de El Aissami que se hicieron sospechosos para la estabilidad del gobierno”.
Matrices, estrategias y el poder que le queda
El Aissami en la cárcel, sin el debido proceso, y bajo las condiciones en las que se encuentra, según la información que nos hacen llegar, no deja de ser un hombre poderoso, que incluso logra recibir algunas visitas a través de las cuales puede seguir operando.
Nuestro cuerpo editorial, al discutir la información antes de ser publicada, concluye en su análisis, consientes que El Aissami es un conocedor del tema comunicacional y de operaciones de inteligencia, y a partir de la información que hemos obtenido de su situación, que estamos en presencia de una estrategia de posicionamiento de matrices de opinión para ejercer presión al gobierno de Maduro para que tome una decisión.
Las dos matrices más recientes, la de la búsqueda de negociación a cambio de su riqueza y la de su muerte, están claramente direccionadas a persuadir al decisor y los de su entorno en función de lo “rentable” que puede ser decidir su destino, y lo delicado que puede ser el tema del manejo de su vida o de su bienestar, incluso con las repercusiones internacionales del tema, por los intereses que en algún momento representó.
Las incertidumbres
No hay duda que en torno a este caso pesan varias incógnitas en el manejo del tema: ¿Por qué el oscurantismo en torno al personaje?, ¿Por qué, teniendo el control de cualquier proceso judicial no simula un debido proceso?, ¿Hasta cuándo podrán seguir ocultando la verdad?
