Aunque el régimen de Maduro se empeña en asegurar que el Sistema Eléctrico Nacional está prestando servicio sin inconvenientes, la realidad es que en el interior del país ya son comunes los bajones y apagones.
Expertos explican que a cuatro años del megaapagón a nivel nacional no se tiene mejoría en mantenimiento, mientras el pueblo sigue pagando las consecuencias del descenso aproximado de 51,9% de generación de energía. La capacidad instalada debía producir 30.980 megavatios y sólo produce 16.080 megavatios.
Habitantes del centro de Barquisimeto y quienes estaban ayer a primera hora trabajando o gestionando algún trámite, recordaron el 07 de marzo de 2019 cuando la penumbra se apoderó de varios estados y los ciudadanos permanecieron entre cinco a siete días sin energía eléctrica. Les resultó muy extraño la interrupción del servicio de este lunes durante unos 90 minutos, en el área del circuito protegido y que generalmente no sufre de cortes por abarcar al Hospital Central Antonio María Pineda y dependencias de interés en seguridad.
El equipo de La Prensa observó a trabajadores de la Dirección regional de Salud conversando en pasillos prácticamente a oscuras, en espacios sin entrada de luz natural. Pacientes renales de la unidad de diálisis Barquisimeto se quejaban del retraso por esta interrupción que obligó a desplazar turnos e implicaría más espera y fatiga para el traslado de foráneos. Mientras algunos usuarios que aguardaban desde tempranito en unidades bancarias del centro tuvieron que acudir a otras oficinas hacia el este de la ciudad.
«Insistimos en que se necesita más inversión», fue la respuesta de Alberto Perozo del sindicato de Corpoelec, quien recalcó que trabajan con los recursos que les destinan. No tenían información de las causas de esta interrupción y sólo conocen que este circuito protegido debería quedar respaldado por la planta II, la cual estuvo en trabajos de mantenimiento.
Julio Gutiérrez, presidente encargado del Colegio de Ingenieros de Lara, señala que la inestabilidad sigue y es grave, se vive entre apagones por el manejo inadecuado de las plantas térmicas y de generación hídrica con los embalses. «Se ha descuidado el parque termoeléctrico inoperativo en cerca del 80%, lo que ocasiona el racionamiento de electricidad», denuncia y se queja de la falta del debido mantenimiento.
Recalca Gutiérrez que Venezuela tiene una capacidad instalada de plantas termoeléctricas para generar 30.980 megavatios, pero que solamente se puede producir 16.080 megavatios, lo que representa 51,9%. Mientras que las hidroeléctricas producen 14.900 megavatios que es el 48,1% restante. «Esto se aprecia en los apagones y fluctuaciones que generan pérdida de equipos, motores, entre otros», lamenta de la falta de incorporación de nuevas fuentes de electricidad.
Precisa que la demanda en Lara era de alrededor de 780 megavatios y se producían 320 megavatios, por lo que en el año 2012 sólo se dependía en un 65% del SEN. Pero al no contar con la generación local, la dependencia actual del SEN es de 97% y saturamos al sistema nacional en general.
Otro factor que sigue afectando es la falta de información de Corpoelec. Así lo considera Raúl Azparren, miembro de Activos por la luz, quien reclama que no hay un cronograma de racionamiento para que la gente pueda tomar previsiones y también considera necesaria la explicación de las causas de los cortes y de las fluctuaciones de energía eléctrica en el estado Lara.
Denuncian retrasos en salud
Dayana Díaz fue la vocera de los pacientes renales en la unidad de diálisis Barquisimeto, porque los 200 del turno de ayer sufrieron retraso para conectarse al riñón artificial. Una situación de mayor esfuerzo para los traslados provenientes de otros municipios.
Explicó que ya estaban atendiendo al primer grupo, siendo postergados y así simultáneamente se iban corriendo para evitar la coagulación. Sólo en el primer turno estaban alrededor de 10 pacientes de Urdaneta, Simón Planas y Palavecino. Lamentaba que el segundo turno estaba previsto para las 10:45 am y debido al retraso quedó para la 1:00 pm.
Desde Urdaneta estaba Edurne Loyo, quien acompaña a un paciente con problemas de movilidad y que solamente puede ser trasladado en silla perezosa. Lamentaba que su fatiga sería más acentuada por la espera.