Los accidentes viales de buses repletos de migrantes siguen cobrando la vida de personas que salieron de sus países en busca de mejores oportunidades o sencillamente para sobrevivir a la violencia y las crisis económicas y sociales que enfrentan en sus lugares de origen.
Por El Espectador
No ha pasado solo en Colombia, en donde en la madrugada de este sábado, 22 de julio, al menos 10 personas, según la información preliminar, murieron luego de que un bus de la empresa Brasilia se accidentara en la vía que conduce de Cúcuta (capital de Norte de Santander, cerca de la frontera con Venezuela) a Valledupar (departamento del Cesar).
Ocurrió a la altura del municipio de El Playón, cuyo alcalde, Wilmer Barrios, aseguró que el vehículo, que transportaba a 40 personas, llevaba a un grupo de migrantes que tenían como destino final Estados Unidos.
Es el mismo destino al que aspiran decenas de miles de migrantes que anualmente, a pie, están cruzando el Tapón del Darién, que comunica a Colombia con Panamá y, por ende, con el resto de Centroamérica.
Los accidentes viales
Pero como si cruzar el Darién fuera poco, los accidentes viales se han convertido en una amenaza para la vida, e incluso en la causa de la muerte, de una gran cantidad de migrantes que tratan de llegar a Estados Unidos a través de Centroamérica.
Tan solo hace dos días, el 20 de julio, una veintena de personas resultaron heridas cuando un autobús que transportaba a migrantes volcó en una ruta de Costa Rica cerca de la frontera con Nicaragua, según información de la Cruz Roja.
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