Los altos costos que implican los actos fúnebres en Venezuela y la alta demanda, a consecuencia del incremento de fallecidos por COVID-19, representan una complejidad más para los venezolanos.
Por Carolina Alcalde / vozdeamerica.com
José Uribarri, presidente de la Cámara Nacional de Empresas Funerarias de Venezuela, explica que en algunos estados el Gobierno ha establecido convenios con establecimientos fúnebres para que la cremación de quienes fallecen en instituciones públicas sea gratuita y sus familiares sólo deban pagar “gastos operativos mínimos”.
Sin embargo, cuando el deceso ocurre en clínicas privadas, los familiares deben ocuparse de la totalidad de los costos.
“Oscila y depende de cada crematorio de acuerdo a sus costos operativos. Puede estar desde 140 dólares hasta 600 dólares, puede aumentar o no dependiendo del servicio que requiera el familiar”, afirma.
Pero muchas familias no tienen el dinero disponible, lo que genera un problema adicional en las morgues de los hospitales, de acuerdo a Mauro Zambrano, dirigente sindical de clínicas y hospitales de Caracas.
“Mucha gente no tiene y los cadáveres se quedan en los centros y como ahorita no hay la respuesta inmediata para recoger los cadáveres quedan en los centros de salud y se descomponen”, sostiene el también coordinador de Monitor Salud, una iniciativa que busca luchar contra la opacidad y brindar datos sobre la situación hospitalaria.
Zambrano añade que “hay morgues que han colapsado, hace poco colapsó la del Hospital Universitario de Caracas con más de 16 cadáveres, estallaron dos cadáveres y el olor era muy fuerte y es peligroso para el personal y los pacientes”.
“Parte de lo que sucede es que el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (SENAMECF) no va a buscar los cadáveres a tiempo. Como han incrementado los casos de COVID-19, incrementan las muertes y todo esto conlleva a que el SENAMECF debe tener un sistema más rápido para sacar a los cadáveres de la morgue de los hospitales y eso no está sucediendo en el tiempo debido”, manifiesta.
De acuerdo a Zambrano, de los 71 hospitales con morgue en el país, 14 no están funcionando actualmente y agrega que en ocasiones pueden pasar hasta 10 días hasta que el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses retire los cuerpos, por lo que insiste en la necesidad de que los procesos se agilicen.
El drama de los familiares
El padre de Daniel estuvo recibiendo atención medica en su hogar y, tras presentar complicaciones por COVID-19, falleció a finales de marzo.
Al golpe de perder a su padre se sumó el hecho de no conseguir una funeraria con posibilidad de recibir el cadáver.
“El cementerio en donde estaba averiguando estaba abarrotado, no había espacio ni para cremar ni para enterrar y no podían recibir a nadie. Mi angustia era que el cuerpo de mi papá se quedara toda una noche allí, yo no quería que eso pasara”, relata.