Cada vez más flacas, «como flaca tambíen se ha vuelto la gente por el hambre que nos imponen» llegan las bolsas o cajas CLAP al municipio Guaicaipuro en medio de una pandemia en la que familias enteras dependen de ella para comer.
El coordinador de Vente Venezuela en Guaicaipuro, profesor (USB) William Anseume, aseguró que para nadie es un secreto en ninguna parroquia de Guaicaipuro; «en los Altos: Los Teques, en Cecilio Acosta, en Paracotos, en San Pedro, Altagracia o El Jarillo, o en el Tuy, en Tácata y su río: el tan cacareado programa alimentario CLAP tiende a desaparecer».
«Es muy claro esto: vienen cajas o bolsitas cada vez más flacas. El desespero mensual por la llegada de la comida que arrojan indebidamente (esto porque debe haber trabajo productivo y digno que permita a cada quien adquirir lo que le venga en gana y no esta dominación por el hambre como hay) no se ve saciado con esos artículos escasos y de tan baja, bajísima, calidad», dijo.
Anseume agregó que «hay quejas por la harina que parece como una tierra indómita con la que difícilmente puede hacerse alguna arepa. El arroz igual, malísimo, e importado. Todo importado. Sabemos que aquí ya no se puede producir casi nada. Y flaquita la bolsa. Sin azúcar, sin leche (los niños sufren las carencias alimenticias que llevan a la fatal desnutrición y su afectación del cerebro), sin sardinas. Ya hasta sin los malos granos que traía. La gente ya lo ve venir. La bolsita desaparecerá. Prevalecerá y se profundizará el hambre y la angustia».
Se preguntó el dirigente político: «¿Tendrá esto que ver con la detencion de un colombiano al que acusan de ser testaferro de Maduro por allá por África? ¿Tendrá que ver con la ruina que ha sido el socialismo siglo XXI que nos impuso el régimen destructor? A Charallave, según denuncian, no llegó la bolsa el mes pasado».
-Obviamente regalar comida no es la solución para ningún país. Querer apoderarse de la gente por la comida resulta criminal, como se ve. Hace falta producción, hace falta trabajao, hace falta la dignidad de comerse lo que se trabaja y llevar a casa lo que se suda. Hace falta la creación de un nuevo país y la destrucción de un sistema que acabó con la democracia, con el trabajo, con la seguridad alimentaria, con la tranquidad de la familia en el país.
«Mal momento para que dejen secar el CLAP, porque pretenden amañar elecciones fraudulentas y ahora no tienen ni comida con que buscar comprar la conciencia de la gente. Ni siquiera respetan. La gente no es bruta. Sabe bien cuando quieren comprarla y saben que el CLAP de acaba, que el CLAP se secó definitivamente. Del modo que sea, hay que recobrar un país decente, productivo, de trabajo y verdadera protección de los habitantes, de la familia y de los niños». Puntualizó el coordinador de Vente en Guaicaipuro.
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