Un estudio, publicado en la revista «Cell», acaba de demostrar que una variación en el genoma del coronavirus SARS-CoV-2 ha mejorado su capacidad de infectar las células humanas y se ha convertido en la cepa dominante que circula actualmente por todo el mundo.
Por ABC
El estudio muestra que la cepa mutada es más infecciosa en cultivos celulares en condiciones de laboratorio. La variante, llamada D614G, ha realizado un pequeño, pero efectivo, cambio en la glucoproteína «espiga»’ que sobresale de la superficie del virus, la que utiliza para ingresar e infectar células humanas.
La variante D614G del SARS-CoV-2 se ha convertido en la cepa dominante poco después de su aparición. La nueva versión parece multiplicarse más rápido en el tracto respiratorio superior (nariz, senos paranasales y garganta), lo que explicaría por qué se transmite más fácilmente.
La buena noticia es que, destaca de Silva, «de momento, afortunadamente en esta etapa, no parece que los virus con D614G causen una enfermedad más grave.
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