Una transición justa debe verse como una oportunidad para rectificar algunos de los errores en los que las mujeres no tienen prioridad en la combinación energética, pero su experiencia del impacto del cambio climático es enorme, dice Thandile Chinyavanhu, una joven activista climática y energética residente en Sudáfrica.
Investigaciones científicas recientes de la ONU sobre el estado de la crisis del cambio climático y la acción climática en curso revelan que la ventana para alcanzar los objetivos climáticos se está cerrando rápidamente.
El mundo no está en camino de alcanzar los objetivos previstos en el Acuerdo de París sobre cambio climático, que compromete a todos los países a realizar esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales.
Para lograr este objetivo, las emisiones deben disminuir en 45 % para 2030 y alcanzar cero emisiones netas para 2050.
A miles de kilómetros se realiza desde el jueves 30 de noviembre en Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), la 28 Conferencia de las Partes (COP28) sobre el clima. Y en África hay expectativas de que se logre una hoja de ruta clara hacia el progreso de cero neto en las emisiones de los gases que provocan el calentamiento.
Pero para ello hay dudas sobre la medular cuestión de la energía y la necesidad de una transición energética global y una seguridad energética justa e inclusiva.
El sector energético tiene un impacto significativo en el clima, ya que representa aproximadamente dos tercios de todas las emisiones nocivas de gases de efecto invernadero. La quema de combustibles fósiles es la causa principal de la actual crisis del cambio climático global, que altera significativamente el planeta Tierra.
La cuestión de la energía y el clima es de particular preocupación para los países africanos, especialmente la región de África subsahariana, ya que también se relacionan con una mayor vulnerabilidad de las mujeres, especialmente las rurales. No hay duda de la intersección entre la seguridad energética y el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y el empoderamiento de las mujeres y las niñas.
Incluso así, a pesar de que el acceso a una energía confiable, asequible y sostenible para todos está articulado en el 7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, una de cada ocho personas en todo el mundo no tiene acceso a la electricidad.
Solo en el África subsahariana, casi 600 millones de personas, o aproximadamente 53 % de la población de la región, no tienen acceso a la electricidad. Actualmente, menos de una quinta parte de los países africanos tienen objetivos para alcanzar el acceso universal a la electricidad para 2030.
Para algunos, la solución milagrosa es deshacerse de los combustibles fósiles y volverse ecológicos; para otros, es una transición urgente, justa y equitativa hacia las energías renovables.
IPS conversó con Chinyavanhu, de Greenpeace África, sobre su papel como activista por la justicia social y el clima. Dice que quiere contribuir a la mitigación del cambio climático, garantizando que las personas y las ciudades estén preparadas para el cambio climático y puedan adaptarse a lo que se avecina.
Aquí algunos extractos de la entrevista:
IPS: ¿Por qué los sistemas energéticos actuales son insostenibles, considerando la actual crisis del cambio climático?
Thandile Chinyavanhu: En cuanto a la ecología y el abandono de los combustibles fósiles, hay varias cuestiones en juego, que varían de un país a otro. Los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) son, con diferencia, los que más contribuyen al cambio climático global, ya que representan más de 75 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y casi 90 % de todas las emisiones de dióxido de carbono.
Sudáfrica, por ejemplo, tiene una gran industria minera de carbón y es uno de los cinco principales países exportadores de carbón a nivel mundial. El país depende en gran medida del carbón para aproximadamente 70 % de su producción total de electricidad. Necesitamos alejarnos de los modelos de consumo de energía que están exacerbando la crisis climática, pero también debemos asegurarnos de centrarnos en una transición justa.
IPS: ¿Cómo debería ser una “transición energética justa” para África y otras naciones en desarrollo?
TC: En general, estamos analizando cuestiones de modelos de desarrollo socioeconómico que no dejan a nadie atrás. Para lograrlo, las energías renovables son el camino que nos proporciona seguridad energética y desarrollo acelerado. Tenemos serios desafíos relacionados con la energía debido a la falta de preparación y planificación en torno a la crisis energética.
El desafío es que África necesita energía y, al mismo tiempo, acelera su desarrollo de manera que nadie se quede atrás, ya sean mujeres o cualquier otro grupo vulnerable que suele quedar marginado en las respuestas políticas.
Es necesario abordar los desafíos relacionados con el acceso a la energía para todos, de modo que, en la transición a la energía limpia, no dejemos atrás a ningún grupo de personas, como ha sido el caso.
Esto no es tanto un problema o desafío sino una oportunidad para que los países aborden las brechas en el acceso a la energía y garanticen que sea accesible para todos, especialmente las mujeres, teniendo en cuenta los numerosos roles que desempeñan en la sociedad, incluido el de alimentar a la futura fuerza laboral del continente. Una transición energética justa se centra en las personas.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Debemos reconocer y evaluar el impacto económico que podría tener el paso de los combustibles fósiles a la energía limpia en las personas y sus medios de vida, como los del sector minero.
Es crucial que las personas participen en el proceso de transición, brindándoles las herramientas y recursos necesarios para que sean absorbidos por nuevos modelos de energía limpia. Hay un aspecto socioeconómico muy profundo en esto porque es necesario dotar a las personas de las habilidades y capacidades para participar en sistemas e industrias verdes emergentes.
IPS: Como joven activista, ¿cuáles cree que son los roles de las mujeres en una transición energética?
TC: Las mujeres generalmente no son prioritarias, por lo que no tienen las mismas oportunidades que los hombres, incluso en cuestiones de adaptación y mitigación del cambio climático, y esto es cierto en sectores como la agricultura y la minería. Las mujeres tienen un gran potencial económico y un papel muy importante que desempeñar hacia una transición energética justa como impulsoras clave del progreso socioeconómico.
En el espacio de la energía verde, se están abriendo oportunidades económicas. Los hombres se están apoderando rápidamente de la industria de las energías renovables, pero hay muchas oportunidades para que las mujeres triunfen si cuentan con los recursos adecuados.
Estamos en un momento en el que tenemos la oportunidad de dejar atrás las tecnologías contaminantes y, al mismo tiempo, abordar algunos de los desafíos socioeconómicos clave que han plagado a las sociedades durante mucho tiempo.
Esta transición debe verse como una oportunidad para rectificar algunos de esos errores de una manera inclusiva y centrada en las personas. Nadie debería quedarse atrás. En realidad, se trata de crear armonía con la naturaleza y al mismo tiempo abordar muchos de los problemas socioeconómicos que nos aquejan hoy en día.
Esto es más una oportunidad que un obstáculo. Se trata de comprender y rectificar el pensamiento sistémico que contribuye a que las mujeres queden rezagadas.
Es importante que veamos el panorama más amplio: identificar y reconocer que los diferentes grupos (no sólo las mujeres, sino cualquier identificador que coloque a las personas en un punto de vulnerabilidad) son los más rezagados. El proceso de transición energética ha presentado una oportunidad para corregirlo.
T: MLM / ED: EG