Al menos 330 venezolanos pasaron Navidad en centros para refugiados en Alemania

Redaccion El Tequeno

El 21 de diciembre Mario Bonillo viajó de Hamburgo, al norte de Alemania, a Leipzig, una ciudad de alrededor 600 mil habitantes ubicada en el este. No se trataban de unas vacaciones. En su carro llevaba más de 200 hallacas que preparó para que los venezolanos que viven en los centros de refugiados en Alemania pudieran tener una cena navideña que les recordara a casa.

Nacido en Maracaibo, pero residenciado en Hamburgo desde hace 14 años, Bonillo abrió un restaurante de comida criolla recientemente. Se enteró por un familiar que decenas de venezolanos iban a pasar las navidades en los albergues, donde esperan que el Estado alemán les dé una respuesta a su solicitud de asilo, y quiso acercarlos un poco a sus hogares.

“Este es el primer año que puedo hacer esto. Estos venezolanos están pasando por una situación difícil y quise hacerlo para darles un poquito de ánimo, un poquito del sabor a casa. Yo sé lo que es pasar una Navidad sin hallacas”, explicó Bonillo.

Ese sábado, los venezolanos se congregaron en la iglesia católica de la Santísima Trinidad, en Leipzig, para la actividad. Minutos antes, celebraron una misa en español, que ofició un padre alemán. Allí pidieron por la recuperación del país y por los niños, quienes no han podido crecer en condiciones adecuadas debido a la crisis que atraviesa Venezuela.

Desde otras ciudades de Alemania, más venezolanos también se organizaron para alegrar las fiestas de los connacionales solicitando refugio.

Los integrantes de la Asociación Venezolanos en Baviera enviaron regalos personalizados y tarjetas desde MunichColoniaDuseldorf Hamburgo. “Creamos un grupo de Whatsapp para las personas que están en los campamentos se registraran. Comenzamos con los preparativos el 18 (de diciembre) para que los regalos pudieran llegar a tiempo para Navidad”, explicó Teresa Oramas, presidenta de la asociación.

En total, la asociación entregó alrededor de 330 bolsas, el número de personas que se registraron para participar en la actividad y que actualmente están en los refugios de Max Liebermann y Dolzig.

Oramas explicó que solo recibieron los regalos quienes están en la primera fase de solicitud de asilo y llegan a los refugios tipo 1. En estos, los solicitantes comen, duermen y se asean en uno de centros asignados por el Estado alemán a la vez que reciben un pequeño estipendio en euros para cubrir gastos personales mientras esperan por una decisión sobre sus casos.

Asociación Venezolanos en Baviera llevó regalos

La presidenta de la Asociación Venezolanos en Baviera estima que el número de venezolanos en estos dos refugios es superior a 300. Añadió que más personas podrían estar viviendo en albergues ubicados en otras ciudades de Alemania.

“Queríamos que los regalos fueran personalizados porque hay gente que viaja con toda su familia. Hay abuelos, pero también hay niños chiquitos”, dijo Oramas, quien también está radicada en Alemania desde hace más de una década y ofrece asesoría a migrantes de América Latina.

“Muchos de estos venezolanos no tienen permiso para salir de las ciudades en donde están haciendo sus trámites y queríamos hacer algo por ellos. Por el chat nos enviaban sus agradecimientos, nos preguntaban que cuándo llegaban los regalos. Tenían mucha ilusión”, agregó.

Oramas explicó que las solicitudes de asilo de venezolanos en Alemania no son recientes, pero que en los últimos años se ha vuelto algo “masivo”.

Algunos pagan el pasaje hasta Alemania con ahorros, mientras que otros han pedido prestado para los costos. Una vez los migrantes inician el proceso de asilo,  son trasladados a instalaciones dispuestas por el Estado alemán para recibir refugiados. En los centros hay sirios, cameruneses, birmanos y otras poblaciones desplazadas por conflictos o guerras.

El tiempo de espera de la decisión depende del caso de cada persona, pero puede extenderse por años.

Oramas también detalló que la asociación realiza eventos regularmente para recaudar fondos y apoyar a los solicitantes de asilo o refugio, incluyendo recolección de abrigos para el invierno.

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