Compra y venta de propiedades, fincas, hatos, ganados, viviendas y empresas, ha aumentado de manera considerable en la frontera venezolana y en territorio adentro. En gobiernos anteriores a la revolución chavista se estableció la prohibición de que extranjeros fueran propietarios de inmuebles en la franja fronteriza del lado venezolano.
Por Sebastiana Barráez | Infobae
En este momento hay un auge de compra de propiedades por parte de colombianos y mexicanos en los estados Apure, Guárico, Anzoátegui y Bolívar, con dineros cuyo origen, en la gran mayoría de los casos, es desconocido, lo que hace particularmente sensible el hecho de que el narcotráfico se ha extendido a lo largo y ancho del estado llanero.
Tanto a orillas del río Apure, cuyas aguas van hasta el majestuoso río Orinoco, como a orillas del Orinoco mismo, la venta o abandono de fincas es alarmante, presionando grupos de mexicanos y colombianos, guerrilla y/o narcotráfico. Un finquero a quien le compraron su propiedad dijo, en conversación con Infobae: “Lo primero que preguntan es si la hacienda tiene pista de aterrizaje, porque eso le da un precio muy alto a la propiedad”. La presencia de mexicanos en la faja petrolífera del Orinoco tiene como excusa que están interesados en la explotación petrolera.
Ante la pregunta de si lo de las pistas es nuevo, responde: “Durante años los dueños de hatos, principalmente, han tenido aeronaves porque en época de lluvia las vías se obstruyen y porque son extensiones de tierra muy grandes para el tránsito por tierra. Pero eso fue antes de este relajo que hay ahora, donde en todas partes hay pistas de aterrizaje y abundan las aeronaves aterrizando y despegando a cualquier hora”.
“¿Usted cree que yo salí de mi propiedad por gusto o por la poca plata que me dieron? Nunca lo hubiera hecho, porque ahí crecí, y mis hermanos también, después mis hijos, y uno se enamora de la mata aquella, del árbol más allá, de los animales, aunque a veces nos den sustos. No hay otro lugar como esta tierra, lo que pasa es que nos amenazan sin amenazas; no sé si me entiende. ¿Quiere que le explique cómo fue?”.
“Yo no fui de los primeros que se vio obligado a vender en la costa del río Orinoco. Llegó esa gente, entre extranjeros y criollos, visitando a los ganaderos y pidiendo que ‘colaboráramos con la causa’ y ellos fijan el precio de los predios. Ya sabía de lo ocurrido con otros que se negaron y entonces les llegó una comisión del Nacional de Tierras (INTI), amenazando con expropiarle sus tierras con cualquier excusa. ¿Quién dice que este sistema no los protege a ellos?”, finalmente se pregunta con indignación.
Don Alfonso
En Apure, cerca de La Macanilla, pero no dentro del parque Santos Luzardo, un individuo que se hace llamar Don Alfonso, y que sería el jefe de Finanzas del Ejército de Liberación Nacional (ELN), compró dos hatos y se ha dedicado a adquirir miles de cabezas de ganado y maquinaria. Se desconoce, aunque se presume que no sea lícito, el origen del dinero.
Don Alfonso ha llamado mucho la atención porque para nada es común que alguien pueda adquirir dos mil o tres mil reses de golpe. “El anda con un grupo de hombres en camionetas Mazda; la camioneta de Don Alfonso es de color rojo vino tinto y placas venezolanas A36BY2V. Al parecer llegó a San Fernando de Apure, capital del estado, desde El Nula, atravesando el Páramo El Tamá”, comenta a Infobae una joven quien conversó con él y lo describió como “muy bonachón”.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) mantiene una campaña de destrucción de laboratorios y pistas de aterrizaje del narcotráfico, campamentos guerrilleros y erradicación de artefactos explosivos y minas antipersona que durante años los grupos irregulares sembraron en la frontera venezolana. Eso ha venido ocurriendo desde que el ELN se enfrentó a las disidencias del Décimo Frente de las FARC y le ha causado duro golpe a dicha organización.
Les llegó la guerrilla
En Venezuela cuando se quiere referir al pago por debajo del costo de un bien o producto, se utiliza la expresión “a precio de gallina flaca”. Y ante la velada amenaza de extranjeros ofreciendo comprar las fincas al precio que ellos quieren, muchas veces muy por debajo de lo que cuesta la propiedad, pero con la advertencia de que si no vende igual se la van a quitar, muchos finqueros tratan de vender, aunque sea a bajo costo para irse del lugar antes de ser víctimas de los grupos de compradores extranjeros y de funcionarios.
“Hay amigos vendiendo sus fincas, por ejemplo, una con 8 mil hectáreas, de las cuales mil Hs es de pasto artificial (brachiaria, dictoneura, mulato, mombasa, pasto alemán, Masai), divididos en 15 potreros, alambre de púas, todos con agua permanente. Hay unas 2 mil Hs de montaña semi deforestada ideal para siembra de maíz y otros rubros. Cinco mil Hs son sabanas de pastoreo totalmente cercados con 5 pelos de alambre de púa. Está rodeada al este por el río Zuata, al oeste por el río Pizarro, al sur la confluencia de los dos ríos, con agua permanente todo el año que desembocan en el río Orinoco, por lo que es ideal para cría de búfalos y bovinos”.
Pide imaginar lo que ha llegado a significar en años e inversión las bienhechurías: las tres casas: principal, de mayordomo y de obreros. Además, comedor y cocina de obreros, galpones de fertilizantes y de maquinaria, corrales de tubo con vaquera y quesera, molino de viento, tractores massey ferguson con sus rastra y rolo argentino y Ford 7600 totalmente operativos”.
“Las minas de granza para hacer pista de aterrizaje y vías internas. Sabanas de pastoreo. La finca está a 40 km del pueblo de Zuata y a 120 km de Pariaguán. Tiene un bajo frente a la casa con potencial de riego para unas 50 hectáreas y el nivel freático en ese sitio está a 10 metros en pleno verano. Tiene cadena titulativa de 1775″.
Así es el relato de dueños de haciendas obligados a venderlas o abandonarlas en Anzoátegui, por ejemplo, entre ellas Bayona y Casa Dorada en el municipio José Gregorio Monagas. También zonas mineras en el municipio Sucre del estado Bolívar como Maripa, Guarataro, La Tigrera, entre otros, cuando les llegó la guerrilla, los mexicanos, los colombianos o funcionarios de tierras. “Una finca la están vendiendo, desde que los visitó la guerrilla, en un millón 800 mil dólares, pero realmente vale casi 9 millones”.
Finalmente, no es casual que haya militares de alto rango y hombres de poder en la revolución chavista con hatos, fincas y propiedades en la frontera y en otros estados como Anzoátegui, Monagas y Sucre.