La fórmula peronista Alberto Fernández-Cristina Kirchner se impone en primera vuelta en las elecciones presidenciales de Argentina.
Con el 97% de las mesas escrutadas, la diferencia entre el Frente de Todos y el presidente, Mauricio Macri, es de 8 puntos porcentuales.
Fernández obtiene más de un 48% de los votos, mientras que Macri suma un 40%.
El reglamento electoral argentino establece que el candidato que obtenga más del 45% en primera vuelta gana los comicios.
Macri, en fórmula con Miguel Ángel Pichetto, hizo una mejor elección que en las primarias de agosto, que dieron una diferencia de 17%.
«El gobierno volvió a manos de la gente», dijo Fernández en la noche del domingo desde el búnker del Frente de Todos ante cientos de personas que celebraban la victoria.
Unos minutos antes, Macri reconoció la derrota y afirmó que «será una transición ordenada».
Igualdad y solidaridad
En su discurso, Alberto Fernández dijo que este mismo lunes se reunirá con Macri para conversar sobre la transición, en medio de la grave crisis económica que vive el país con los altos índices de pobreza e inflación. Será una reunión inédita para un país acostumbrado a las atribuladas transiciones del poder.
«Vamos a colaborar con todo lo que podamos colaborar», afirmó Fernández en alusión al traspaso de mando que se hará efectivo el 10 de diciembre.
Ante una multitud, también agradeció la confianza del pueblo que se vio reflejada en la elección
«Vamos a construir la Argentina igualitaria y solidaria que todos soñamos (…) la que nos merecemos», aseguró.
Minutos antes, la ahora vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, tomó el micrófono y pidió a Macri que tome las medidas que sean necesarias para aliviar la crisis económica que vive un país donde una de cada tres personas es pobre.
«Los presidentes son presidentes desde el primer día que asumen y hasta el ultimo día que se van«, señaló la mandataria.
Análisis de Daniel Pardo, enviado especial de BBC Mundo a Argentina
Una vez se supo lo sospechado -que ganaría Fernández-, en muchas partes de Buenos Aires se prendió el fuego de las parrillas, sonó la pólvora y se entonaron los cánticos peronistas en clave futbolera.
La diferencia entre los dos principales candidatos fue mucho menor a la esperada. Eso refleja una profunda polarización entre los argentinos, porque, con una crisis económica tan grave, la diferencia de 8 puntos no es una victoria contundente.
El presidente, sin embargo, paga el costo de no haber cumplido su principal promesa: acabar con la volatilidad económica.
Al tiempo, la estrategia del peronismo terminó por sepultar las chances de reelección del presidente.
Al dar un paso al costado y nominarse como vice de Fernández, Cristina Kirchner abrió el espacio para sumar fuerzas a su 30% de apoyo y así enfrentar las elecciones con un peronismo unido.
Fernández —un moderado, un viejo articulador político, que a diferencia de ella no está acusado de corrupción— resultó una carta efectiva para lograr esa unidad.
La historia, entonces, se repite: una vez más, el peronismo vuelve al poder en medio de una crisis económica, pero con euforia y esperanza.
La pregunta es cómo hará dupla Fernández-Fernández para sacar al país de la crisis sin dividirse ni profundizar la ya aguda «grieta» que divide a los argentinos.
El peronismo hoy celebra. Pero el 10 de diciembre, cuando asuman la presidencia, tendrá un complicado panorama que resolver.
Otros resultados clave
El oficialismo logró mantener la alcaldía de la Ciudad de Buenos Aires, siendo Horacio Rodríguez Larreta reelecto en su cargo con el 55% de los votos.
Pero en la provincia de Buenos Aires, otro importante poder local, el candidato del Frente de Todos, Axel Kicillof, obtuvo el 52% de los votos y le arrebató la gobernación la aliada de Macri, María Eugenia Vidal, por una diferencia mayor al 14%.
En el caso del Congreso también hubo renovación de bancas en esta elección.
Según los resultados oficiales, el oficialismo mantendrá la primera minoría en la cámara de Diputados y el peronismo dominará la de Senadores.
Festejos y tristezas
Con cantos de «vamos a volver» y «Néstor no se murió», al cumplirse este domingo nueve años de la muerte del expresidente Néstor Kirchner, miles de personas salieron a la calle en diferentes puntos de la Ciudad de Buenos Aires para celebrar la victoria de Fernández-Fernández.
«Con Fernández tenemos la esperanza de que, acompañado por Cristina Fernández también, volvamos a tener buenas políticas de Estado, ayudar a la gente que más lo necesita y no que se lleven los grupos económicos mayores lo que es nuestro, del pueblo», dijo Vanesa Negri, vecina de Buenos Aires, a la agencia EFE.
Pero no todo fue celebración en la ciudad y la cara opuesta se vivió en las inmediaciones del búnker de Juntos por el Cambio, en el barrio de Palermo.
«Me siento decepcionado, estoy muy apenado, muy amargado», aseguró a la misma agencia Pablo Barsognio, trabajador público de Buenos Aires.