No sólo las instituciones educativas cumplen cuatro meses abandonadas producto de la pandemia, sino también muchos animales que, antes de iniciada la cuarentena, vivían en cautiverio en jardines y patios de preescolares y escuelas como “mascotas comunitarias” que eran alimentadas por los alumnos y maestros.
Es el caso de un morrocoy, que tras permanecer más de 150 días sin alimento fue rescatado por un grupo de vecinos de la urbanización La Rosaleda Sur del jardín del preescolar Blanca de Arismendi ubicado en el referido sector sanantoñero.
Las instalaciones permanecen cerradas desde que se inició el confinamiento en el mes de marzo, tiempo que permaneció sin recibir atención el animal. “Nos dimos cuenta que estaba intentando salir por la reja, pero quedó atrapado por lo que lo rescatamos”, dijo uno de los residentes.
Reseñan que el animal tiene la boca rota, “quién sabe qué estaría intentando comerse, son animales que tienen mucha resistencia pero abandonarlos tanto tiempo es inhumano”, agregaron.
La tortuga permanecerá en la vivienda de uno de los residentes de la zona. Esperan poder regresarlo al jardín cuando se reactiven las actividades escolares, pues para las decenas de niños del preescolar es una mascota que cuidan y alimentan.
Hacen un llamado a los vecinos de escuelas y liceos donde había este tipo de “mascotas comunitarias” para que reporten si permanecen solas. “Hay muchos perros, gatos y otros animalitos que vivían en ese tipo de instalaciones y que quedaron abandonados”.
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