En los últimos dos años, la adopción de perros rescatados de las calles disminuyó drásticamente. Voluntarios y organizaciones no gubernamentales aseguran que la grave crisis económica impide que los venezolanos puedan mantener a una mascota.
En el año 2021, la Fundación JR Rescata de Barquisimeto dio en adopción a 60 perros mestizos y en el 2022 esa cifra se redujo a la mitad: sólo dieron en adopción 30. Jenirée Rodríguez, presidenta de la fundación, con sede en la comunidad Agua Viva El Roble, parroquia Ana Soto, en el oeste de la ciudad, declaró que la reducción en las adopciones se debe a la falta de empatía y a las limitaciones económicas de algunas familias.
Otras instituciones como Peludos al Rescate, en el municipio Palavecino y en el este de Barquisimeto, maneja una cantidad de caninos menor; en los dos últimos años han dado en adopción cinco perritos. «La mayoría permanece con nosotros porque los recogemos en condiciones de salud muy críticas», expresó Patricia Kahele, presidenta de la ONG.
Mientras que la Fundación Apégate, pionera en las jornadas masivas de adopción que se organizaban en un conocido centro comercial de la ciudad dejó de lado esa iniciativa por falta de recursos financieros. Carolina Álvarez, al frente de la organización, contó que las personas dejaron de adoptar y mantener a los animales representa un costo alto que no estaban en capacidad financiera de cubrir.