El periodista y conferencista peruano Álvaro Vargas Llosa destacó el apoyo que está logrando el candidato presidencial unitario, Edmundo González Urrutia, de la mano de la líder opositora María Corina Machado, y adviritó que «solo un balazo podría acabar» con este movimiento.
«A estas alturas, solo un balazo podría acabar con María Corina y aun así el régimen estaría cavando su tumba, porque la reacción popular sería probablemente la de un maelstrom, para usar la palabra que define esos remolinos nórdicos que arrasan islas y embarcaciones y todo lo demás. No les conviene matarla», advirtió en un video compartido en sus redes sociales.
A su juicio, al régimen le conviene «negociar desde ahora, antes de las elecciones, una transición pacífica y sin venganzas de cara a una futura democracia en la que participen todos, incluido el chavismo, con garantías republicanas. Y eso se puede poner en marcha desde ya».
Aunque advirtió que el proceso electoral «está organizado para que Nicolás Maduro y la mafia purulenta que tienen ahí arrojada a Venezuela sigan en el poder», consideró que hasta ahora «no ha habido una mejor oportunidad de dejar atrás esa barbarie y transitar hacia algo que se parezca a la civilización».
El hijo del premio nobel de literatura, Mario Vargas Llosa, destacó que las fuerzas democráticas han logrado presentarse unidasd. «Una unidad literalmente a prueba de balas, de mazmorras, de sobornos. Y recordemos que ya en 2015, gracias a la unidad, la resistencia democrática venezolana fue capaz de derrotar a la maquinaria del fraude chavista y obtener el triunfo en las elecciones para la Asamblea Nacional, el parlamento venezolano».
Vargas Llosa resaltó que «todo el espectro opositor, de izquierda a derecha, respalda la candidatura de la Plataforma Unitaria Democrática, así se llama hoy día, es decir, al diplomático Edmundo González Urrutia».
Afirmó que el logro de esta candidatura se debe mucho al liderazgo de María Corina Machado. «Ella ganó aplastantemente en octubre del año pasado las elecciones primarias organizadas por la resistencia democrática venezolana. La dictadura, por supuesto, como era previsible, la inhabilitó a través del Tribunal Supremo y su respuesta, la de María Corina, inteligente, astuta, legítima, muy generosa, fue designar a una persona de su confianza, la filósofa y académica Corina Yoris, como candidata en su representación. La dictadura, por supuesto, también impidió la inscripción de esa candidatura, con lo cual se dieron inesperadamente las circunstancias para que una nueva vuelta de tuerca en el accidentado camino a la candidatura opositora produjera un resultado interesante. Y esta vez, en una negociación de estadistas, alejada por completo de las rencillas y pleitos del pasado, del bochinche para usar un término tan bolivariano y venezolano, se escogió al diplomático de 74 años Edmundo González Urrutia como candidato».
El periodista analizó que «asistimos a un espectáculo que tiene algo de surrealista: Edmundo González, a quien los venezolanos prácticamente no conocen o no conocían, se acerca la victoria del 28 de julio, poco a poco, gracias a que María Corina Machado recorre afiebradamente el país, pueblo a pueblo, reuniendo multitudes enfervorizadas y entregadas a ella con una fe que roza el misterio y la mística, y mostrándoles una foto del candidato para pedirles que voten por él».
Destacó que María Corina Machado «reúne condiciones que rara vez se combinan en un mismo líder. Ha convertido la desmoralización, la apatía, en ilusión en el 85 90 % de sus compatriotas. Ha actuado con una generosidad un desprendimiento que sólo están a la altura de grandes estadistas y ha demostrado que, además de tener en la cabeza las ideas modernas y liberales que pueden hacer de Venezuela un país de primer mundo alguna vez, tiene también la sagacidad política, la intuición táctica, la plasticidad que tienen los grandes líderes para transformarse ellos mismos ante las adversidades en algo que beneficie su causa más rápido de lo que sus enemigos pueden inventar para acabar con esa candidatura, esa persona, ese líder».
Por último, planteó que otro factor importante en este contexto es que «la comunidad internacional no se está lavando las manos esta vez aunque siempre cabe esperar mucho más de ella. Tan es así que aliados de la dictadura como Brasil y Colombia no han tenido más remedio que presionar a Maduro».
Por todo esto, Vargas Llosa concluyó que «si el 28 de julio un 85 % de los venezolanos se vuelcan con Edmundo González, el costo para la dictadura de desconocer o torcer ese resultado será tan alto que es muy improbable que sigan en el poder mucho tiempo más. Ese día, pues como digo, todos seremos Venezuela».