El pasado martes 31 de enero representantes de los gobiernos de Venezuela y el Reino de los Países Bajos se encontraron en Willemstad, Curazao, en el marco de la III Reunión de Consultas Técnicas, con el fin de reabrir la frontera que fue cerrada por el régimen de Nicolás Maduro en febrero de 2019.
Poco se sabe de la agenda del encuentro. En un comunicado emitido el 13 de diciembre, la Cancillería venezolana indicó que tratarían “principalmente, pero no exclusivamente”, los aspectos relacionados con el “comercio marítimo transfronterizo gradual de productos”, así como “la reactivación gradual de las conexiones marítimas y aéreas”.
Aunque las partes subrayan el carácter “técnico” y no político del acercamiento, con el acento puesto en el intercambio comercial, un elefante se pasea por la habitación: el tema de los migrantes venezolanos y los derechos humanos.
“Poner fin a la crisis de derechos humanos en Venezuela y mejorar la situación de los derechos humanos de los refugiados venezolanos debería ser una prioridad en la agenda”, señala Yara Boff Tonella, investigadora de Amnistía Internacional que ha dado seguimiento a las denuncias de abusos y atropellos contra los migrantes venezolanos que buscan instalarse en Curazao.
Largo camino
Hace un año, el gobierno de Países Bajos congeló la entrega de fondos adicionales a Curazao precisamente por considerar que no estaba haciendo lo suficiente para tratar con dignidad a los migrantes venezolanos. La decisión tomó como referencia un informe publicado por Amnistía Internacional, que denunciaba los excesos sufridos por estas personas.
“La principal preocupación del gobierno es que los derechos humanos sean respetados y protegidos en todo momento, tanto en el Reino como en cualquier parte del mundo. No se debe permitir que se produzcan las cuestiones planteadas por Amnistía, como la intimidación y el no respeto de necesidades básicas de las personas”, advirtió en una carta Raymond Knops, en ese entonces secretario de Interior y de Relaciones del Reino.
La sucesora de Knops en el cargo, Alexandra van Huffelen, revirtió este año la medida, tras considerar que Curazao ha dado “pasos concretos” para mejorar la situación. Crónicas del Caribe conversó con la investigadora Boff Tonella sobre este giro y la realidad que en estos momentos enfrentan los migrantes venezolanos en Curazao.
– ¿Cuál es su opinión sobre el cambio de posición del gobierno de Países Bajos con respecto a la entrega de los fondos a Curazao?
– Alentamos a los Países Bajos a que apoyen a Curazao en su política migratoria, siempre que se protejan los derechos humanos. Vemos que Curazao ha dado algunos pequeños pasos para mejorar la situación de los derechos humanos de los venezolanos, pero nuestras principales preocupaciones siguen siendo: las personas que buscan protección no deben ser detenidas automáticamente en el Cuartel de Extranjeros, debe haber instalaciones de recepción abiertas y más humanas. Los Países Bajos deberían ayudar a Curazao a mejorar significativamente la situación de los derechos humanos de los venezolanos que buscan protección, en lugar de centrarse en la detención y la deportación.
– ¿Los problemas que llevaron a congelar ese dinero en enero de 2022 ya han sido superados?
– No, todavía hay problemas serios, las personas tienen acceso limitado a la asistencia legal, las condiciones de detención aún no son suficientes, los niños siguen detenidos y, lo que es más importante, nadie obtiene la protección del artículo 3. (El artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos establece: “Nadie podrá ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes”).
– ¿Cree que Curazao sí ha mejorado el trato a los migrantes venezolanos?
– Hay algunas pequeñas mejoras, pero se ven eclipsadas por nuestras preocupaciones: los venezolanos aún no pueden obtener protección y se ven obligados a vivir en una gran inseguridad, sin poder trabajar y con el temor de ser detenidos en circunstancias inhumanas y deportados.
– Ahora que el gobierno de Países Bajos enviará el dinero a Curazao, ¿cuáles son sus expectativas en cuanto al uso que dará la isla a esos recursos?
– Esperamos que Curazao ponga todos sus esfuerzos para garantizar la asistencia legal a las personas detenidas, creando una revisión judicial de su detención y mejorando las condiciones de detención, como el trato respetuoso por parte de los guardias, más actividades recreativas, tiempo al aire libre.
– Países Bajos y Venezuela negocian la reapertura de la frontera. Aunque parece que principalmente se discuten aspectos económicos, ¿cree que ambos gobiernos deberían incluir el tema de la migración en la agenda?
– Poner fin a la crisis de derechos humanos en Venezuela y mejorar la situación de los derechos humanos de los refugiados venezolanos debería ser una prioridad en la agenda.