Antonio José Monagas: La dinámica universitaria

Redaccion El Tequeno

La universidad constituye un imponente espacio académico en cuyo ámbito de intelectualidad confluyen ideas que apuestan al cambio social, político y económico local, regional y nacional. Es decir, es un escenario cuyos límites están configurados por las necesidades de acuciar y conciliar propuestas de diversas voluntades.

La institución exalta no sólo la condición espiritual del hombre, sino también la vitalidad de su capacidad cognitiva. Ello, en conjunción con la ética y la moralidad, valores estos sobre los cuales basa su participación en tan edificante mundo de ideas, proyectos y consideraciones.

“La enseñanza universitaria se inspirará en un definido espíritu de democracia, de justicia social y de solidaridad humana, y estará abierta a todas las corrientes del pensamiento universal, las cuales se expondrán y analizarán de manera rigurosamente científica”, establece la Ley de Universidades (1958), luego reformada (1970).

En consecuencia, la dinámica universitaria debe estar orientada a la encomiable búsqueda de la verdad y entrañar las bondades que solamente pueden forjarse cuando el pensamiento adquiere connotación mediante el debate de su contenido. Para esto resulta imprescindible la autonomía y las libertades académicas que refuerzan tan magnánimo estado de atención ante propuestas y respuestas.

¿Actuar con sentido académico?

La universidad constituye la puerta al entramado en donde la concordancia, la fraternidad y la inteligencia establecen una particular alianza que garantiza cualquier posibilidad de allanar terrenos anegados por la intolerancia y la mediocridad.

Por eso, la academia acude a infranqueables oportunidades donde la vivacidad del conocimiento y los esfuerzos por moldear la universidad y ajustarla como sujeto de una historia de prosperidad nacional sabe sobreponerse a los avatares y desmanes que, de manera apesadumbrada, constituyen factores de atraso y descomposición en todos los órdenes del funcionamiento estructural-republicano.

Sólo el derecho y el deber de conjugar los principios sobre los cuales descansa la autonomía asegurarían el logro de objetivos y esperanzas institucionales en consonancia con los anhelos de transformación democrática nacional.

La universidad autónoma es crítica, democrática y decidida. El hacer universidad requiere estimular el cuerpo, el alma y el corazón, tal como lo suscribe la Ley de Universidades.

Next Post

Indígenas denuncian que operaciones militares contra minería ilegal se hacen sin consulta con sus comunidades

Representantes de organizaciones indígenas denunciaron que las operaciones militares contra la minería ilegal en la Amazonía venezolana se realiza sin consulta con las comunidades originarias que viven en esos territorios. Recordaron que estos grupos armados ilegales, con control sobre la explotación ilegal de recursos en áreas como Canaima, Yacapana y […]