La salida del embajador de Colombia en Caracas y hombre de confianza del presidente Gustavo Petro, Armando Benedetti, no perjudica la mediación del Palacio de Nariño a favor del diálogo en Venezuela y, en todo caso, pudiera hasta resultar “beneficiosa”, consideran expertos consultados por la Voz de América.
Benedetti asumió las riendas de la reanudación de relaciones diplomáticas con Venezuela por mandato de Petro desde agosto, pero se vio implicado la semana pasada en un escándalo por presuntos abusos de poder e interceptaciones ilegales de comunicaciones en el gobierno del mandatario colombiano.
El caso, que involucra a la jefa del gabinete de Petro, Laura Sarabia, se basa en la denuncia de la exniñera de esta, Marelbys Meza, quien dice haber sido sometida a una prueba de polígrafo en un edificio cercano a la residencia presidencial para consultarle sobre un supuesto robo de un maletín con 7.000 dólares.
La niñera, la jefa de gabinete y el embajador de Venezuela: el ‘serial’ que le quita el sueño a Petro
Petro confirmó el retiro de Benedetti de sus funciones el viernes. Este lunes, la cancillería colombiana informó que su candidato a nuevo embajador en Caracas recibió el beneplácito del gobierno de Nicolás Maduro.
Se trata de Miguel Rengifo Hernández, politólogo de la Universidad Nacional de Colombia, con especializaciones en estudios urbanos, desarrollo y ambiente. El ahora diplomático trabajó con Petro en su gestión de alcalde de Bogotá y, años antes, lo asesoró en sus responsabilidades como parlamentario.
¿Hasta qué punto se afectan las diligencias diplomáticas y políticas de Benedetti, mano derecha de Petro en su campaña y que le ayudó a descongelar las relaciones con Venezuela luego de tres años de suspensión?
En “nada”, dicen expertos.
Benedetti nunca ejerció un rol oficial en las operaciones políticas a favor del diálogo en Venezuela, pues esas tareas dependen “directamente” de la cancillería de Colombia, con la supervisión de Petro, explica Giulio Cellini, abogado y analista.
“La embajada de Colombia en Venezuela nada tiene que ver con esa gestión que adelanta directamente la cancillería colombiana, el propio canciller Álvaro Leyva”, un excongresista y defensor de derechos humanos que ha servido en varios gobiernos, precisó Cellini.
Leyva, a diferencia de Benedetti, goza de “una alta consideración y valoración” entre los actores políticos en Venezuela, incluyendo a la opositora Plataforma Unitaria, apunta Cellini, especializado en asuntos internacionales y director de la firma LOG Consultancy.
Benedetti, insiste el experto, “no tenía ninguna función” en el diálogo político en Venezuela.
¿Un “beneficio”?
La salida de Benedetti puede “hacer más beneficio” a la relación bilateral y puede ayudar a dar respuestas a “proyectos técnicos difíciles” con Venezuela, como los asuntos consulares, de seguridad y la reanudación de los intercambios comerciales, logísticos y transporte, considera el analista de asuntos internacionales y articulista Félix Gerardo Arellano.
El exembajador prometió a Petro elevar a 10.000 millones de dólares el intercambio comercial entre Colombia y Venezuela. Esos negocios representaron 187 millones de dólares en el primer trimestre de 2023, según la Cámara de Integración Económica Venezolana Colombiana (CAVECOL), reportó Runrunes.
La reactivación de vuelos entre los países incluye solo 2 aerolíneas y se sumará otra este mes, a pesar de que Benedetti había anunciado que el presidente Maduro le confirmó que todas las aerolíneas cubrirían la ruta Caracas-Bogotá.
“Puede ser más positiva su salida que haber permanecido en el cargo. Benedetti le asignó poca relevancia a los temas técnicos y se concentró fundamentalmente en el tema político. En lo político, no creo que lo hizo muy bien”, dijo Arellano a la VOA.
Se refiere a la “labor de descalificación” de la oposición venezolana que ejerció en declaraciones a la prensa durante sus 10 meses al frente de la embajada en Caracas.
En noviembre, Benedetti llamó un epíteto al expresidente del Parlamento venezolano y líder opositor Juan Guaidó en una entrevista con Efecto Cocuyo. También dijo que el bloque antichavista era “muy chistoso” en sus posturas.
Arellano considera que Petro debería nombrar un embajador en Caracas “de más bajo perfil, más equilibrado y prudente” que Benedetti. Tampoco cree que su renuncia afecte los acuerdos de la cumbre en Bogotá a favor del diálogo en Venezuela, en marzo, donde participaron delegaciones de más de 15 países para descongelar esas negociaciones.
Cellini, por su parte, recuerda que el exembajador de Colombia también generó “inconvenientes” cuando sugirió que el diálogo venezolano debía reanudarse en su país, ya no en México, donde el Reino de Noruega lo facilita.
“La cumbre de Bogotá significó un espaldarazo al proceso de negociación en México, en cambio. Lo que busca el gobierno colombiano es facilitar o reimpulsar el proceso de negociación que ya existe en México, no sustituirlo”, observó.
Está por verse si la cancillería colombiana permite un mayor rol de operador político en el diálogo en Venezuela al nuevo embajador en Caracas, indicó.
Las posturas sobre el caso Venezuela entre Leyva y el próximo embajador en el país vecino deben estar en armonía, apuntó el experto.
Por el momento, advierte, esas diligencias a favor del diálogo entre el chavismo y la oposición “siguen estando en manos” de Leyva y del propio presidente Petro.