Un día antes de comenzar la cuarentena, Anthony se estaba incorporando nuevamente a su rutina de trabajo, 17 días antes habían chocado su vehículo, gasto todos sus ahorros en su reparación.
Anthony Contreras Colmenares, se identifica con el número 8 en la línea de taxis Los Salias, tiene dos hijos, su esposa y su madre a quienes mantener “soy el sustento de mi hogar, así sea pan con mortadela, pero algo llevo de comer para mi casa”.
«Cómo puedo quedarme en casa sino no tengo ni medio», responde el taxista en referencia a la cuarentena decretada por el gobierno para tratar de frenar el avance del Covid-19 en Venezuela.
Es un muchacho humilde, honesto y siempre con agradable sonrisa, muy optimista, le gusta ayudar al prójimo y se preocupa por todos. Durante las últimas dos semanas ha brindado ayuda haciéndole «mandados» a las personas de la tercera edad.
«Ellos son los más vulnerables de llegar a infectarse», explica mientras carga en la maleta de su carro las compras de una pareja de ancianos para que «no tengan la necesidad de exponerse y ser contagiados» .
Afirma que en esta cuarentena ha tenido ciertos inconvenientes para trabajar “lo más complicado ha sido conseguir gasolina para poder llenar el tanque del carro para movilizarse».
En los últimos días se han registrado Kilométricas colas en los Altos Mirandinos frente a las Estaciones de Servicio, al recrudece la escasez de combustible.
«He pasado más de 6 horas en la cola de la bomba la Auxiliadora”; otro de los inconvenientes ha sido el punto de venta en la línea de taxis, el cual ha estado caído por fallas en el sistema.
Expresa que el uso del tapa bocas es un poco incómodo, pero por su seguridad y la de sus clientes siempre lo lleva con él.
Yurihanna Naranjo
@yurihannanares
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