«A punta de tobo, así vivimos», sentencia María Nieves, mientras espera su turno en una cola de vecinos para llevar los suyos en la entrada del sector Alberto Ravell de Los Teques.
Perdió la cuenta cuando fue la última vez que les llegó agua por tubería, «creo que ya van dos años de que Hidrocapital no bombea», agrega otro de los residentes de la popular barriada.
Para llegar a su casa, María debe subir 73 escalones por una vereda angosta. «Vivo con un perenne dolor de cadera, cargar hasta dos tobos diarios no es fácil», reseña.
«Así vivimos el día a día en la comunidad de Alberto Ravell, hasta cuando juegan con el pueblo», indica Yerlis Perdomo, quien lamenta que ni la alcaldía de Guaicaipuro y ni la Gobernación de Miranda hayan hecho algo para ayudarlos en momentos tan difíciles.
Lo que sí abunda, en época de lluvia, es el barro en la vía principal. Reiteran que cada vez que «caen dos gotas» la calle que comunica el sector se convierte en un chiquero.
Redacción El Tequeño
