El ataque ruso del sábado contra un bloque de viviendas en Dnipró, que dejó 40 muertos y decenas de desaparecidos, subraya la urgente necesidad de Ucrania de disponer de sistemas de defensa antiaérea más modernos, capaces de derribar misiles como el KH-22.
Las autoridades locales han certificado hasta ahora 40 fallecidos, entre ellas dos niños, y se teme que unas 34 personas sigan bajo los escombros del edificio residencial de nueve plantas que fue alcanzado por un misil ruso de ese modelo.
Fue durante el fin de semana, cuando los ucranianos ortodoxos celebraban una de las principales fiestas religiosas de la navidad.
Los equipos de rescate siguen retirando sin descanso los escombros, mientras los supervivientes reciben auxilio de sus vecinos y de voluntarios locales.
Hasta el momento se ha confirmado que 75 personas resultaron heridas, mientras que 39 residentes de los edificios fueron rescatados con vida.
Una de esas supervivientes, Anastasia Shvets, pasó horas esperando a que la rescataran de lo que quedaba de la vivienda de su familia; no se podía acceder a ella por temor a que los escombros cedieran bajo sus pies.
La puerta de su habitación se precipitó sobre la cama en la que se encontraba por efecto de la onda expansiva, según comparte en su cuenta en Instagram. Algunos muebles de la cocina también volaron por los aires hasta caer en su habitación, cuyas paredes se desplomaron; el resto de la cocina, el baño y el pasillo desaparecieron.
«No sé dónde están mis padres. Hay quien dice que los ha visto vivos, pero estoy segura de que estaban en la cocina, que ya no existe», escribió. Varias horas después confirmaba al canal de televisión ucraniano «Kyiv» que habían encontrado los cadáveres de sus padres. Unos meses antes, Anastasia había perdido a su pareja, quien murió sirviendo en el ejército ucraniano.
El brutal ataque pone en evidencia la falta de medios de Ucrania para derribar este tipo de misiles, capaces de superar la velocidad del sonido, así como misiles balísticos, sean los cohetes «Iskander» o S-300.
Las defensas antiaéreas disponibles de la época soviética, así como los sistemas más modernos, suministrados por aliados extranjeros, sólo son capaces de neutralizar misiles del tipo «Kalibr», Kh-101, Kh-155 y Kh-59, explicó el domingo el portavoz de las Fuerzas Aéreas Yutiy Ignat.
Ignat subrayó posteriormente este lunes que Ucrania espera recibir pronto los sistemas Patriot Pac-3 y SAMP/T para contrarrestar la amenaza; el presidente Volodímir Zelenski abordó este lunes en la reunión con el comandante en Jefe del Estado Mayor las «contramedidas más eficaces» ante los previsibles nuevos ataques con misiles por parte de Rusia.
Italia podría suministrar a Ucrania el SAMP/T, especialmente eficaces contra los misiles S-300 que se lanzaron por primera vez sobre Kiev el sábado y que antes se habían utilizado para bombardear ciudades en la primera línea del frente, como Zaporiyia, Mykolaiv y Járkov.
Estados Unidos y Alemania han ofrecido asimismo sus «Patriot» a Ucrania. Según el canal FOX News, un primer grupo de cien soldados ucranianos llegó el lunes a Estados Unidos para recibir instrucción acelerada sobre el uso del sistema Patriot, lo que permitiría su entrega a Ucrania en unos meses.
El director de programas de seguridad internacional del Centro Razumkov, Oleksiy Melnyk, explicó a Efe que los Patriot podrían contribuir a «cerrar el cielo» sobre Ucrania. Comparó su efecto con la influencia que tuvieron en el frente los sistemas HIMARS suministrados por EEUU.
Advierte, sin embargo, de que ninguna arma por sí sola puede definir el curso de la guerra si no aumenta la capacidad de ataque total de Ucrania mediante el suministro de otro tipo de armamento pesado, como tanques, otros vehículos blindados y aviación.
Los analistas subrayan que Ucrania necesita varios tipos de sistemas de defensa antiaérea para proteger su extenso territorio; un solo sistema puede defender una zona bastante limitada. En cualquier caso, según Melnyk, sin «Patriot» o sistemas similares, Ucrania sigue estando esencialmente indefensa frente a los misiles balísticos e hipersónicos de Rusia.