GINEBRA (Por Corresponsal de IPS) La abolición de la pena de muerte en Ghana, el país 124 en el mundo en eliminar esa condena, y el número 29 en África, fue saludada por entidades internacionales como parte de una tendencia que progresa en ese continente.
“Celebro enormemente la aprobación de un proyecto de ley histórico el Parlamento de Ghana para abolir la pena de muerte en ese país, afianzando el movimiento global al alza cuyo fin es conseguir que la pena de muerte sea algo del pasado”, dijo el alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Türk.
Anne Ramberg, copresidenta del Instituto de Derechos Humanos de la Asociación Internacional de Abogados, felicitó también al parlamento de Ghana por “el paso histórico que ha dado para afirmar su compromiso con los derechos humanos y la santidad de la vida humana”.
El parlamento ghanés modificó los días 25 y 27 de julio las leyes de delitos penales y de las fuerzas armadas, para reemplazar la pena de muerte por cadena perpetua como máximas condenas, aunque la pena capital, según la Constitución, sigue siendo posible para casos de alta traición a la patria.
Ghana no ha ejecutado ninguna sentencia de muerte desde 1993, aunque al menos 170 hombres y seis mujeres permanecen detenidos y condenados a la pena capital en ese país, recordó la oficina del alto comisionado de la ONU en esta ciudad suiza.
“La imposición por un Estado de la pena de muerte, el más severo e irreversible de los castigos, es extremadamente difícil de compatibilizar con la dignidad humana, así como con el derecho fundamental a la vida. Es un reducto atávico del pasado que debe ser eliminado en el siglo 21”: Volker Türk.
De los 18 países que han abolido la pena de muerte en la última década, 11 son africanos, para un total de 29 entre los 54 Estados del continente, recordó la organización The Death Penalty Project, basada en Londres y en campaña para la abolición de ese castigo en todo el mundo.
Otros 18 Estados africanos son abolicionistas de facto (mantienen la pena para delitos comunes, pero no han ejecutado a nadie durante los últimos 10 años), y solo siete todavía aplican ese castigo: Botsuana, Libia, Nigeria, Sudán, Egipto, Somalia y Sudán del Sur.
Apenas tres ejecutaron presos el año pasado: 24 en Egipto, seis en Somalia y cinco en Sudán. Egipto es el mayor ejecutor en el continente, con 289 individuos a los que se aplicó el castigo máximo en los últimos cinco años.
“En África se ha producido un efecto dominó: cuantos más países la abolen, más se suman. Hoy en día, si quieres ser considerado un país que respeta y se toma en serio los derechos humanos, debes suprimir la pena de muerte”, observó Saul Lehrfreund, director ejecutivo de The Death Penalty.
Türk expuso que “la imposición por un Estado de la pena de muerte, el más severo e irreversible de los castigos, es extremadamente difícil de compatibilizar con la dignidad humana, así como con el derecho fundamental a la vida. Es un reducto atávico del pasado que debe ser eliminado en el siglo 21”.
Por contraste, la organización Amnistía Internacional (AI) recordó que la pena de muerte sigue aplicándose con rigor en muchos países, y en los días finales de julio, mientras Ghana abolía ese castigo, se produjeron ejecuciones en Bangladesh, Kuwait y Singapur, pese a los pedidos de clemencia hechos por entidades internacionales.
El 27 de julio en la ciudad de Rajshahi, en Bangladesh, se ejecutó a dos hombres que habían sido declarados culpables del asesinato de un profesor universitario.
Ese mismo día en Kuwait fueron ahorcados cinco individuos, cuatro hallados culpables de asesinato o inducción al suicidio, y uno por delitos de drogas, caso en el cual se viola la prohibición en el derecho internacional de castigar con la pena máxima a delitos de drogas, recordó AI.
Y en Singapur fueron ahorcadas tres personas entre el 26 de julio y el 3 de agosto, entre ellas una ciudadana singapurense acusada de traficar con 50 gramos de heroína, resultando la primera mujer ejecutada en los últimos 20 años.
En 2022, según AI, 52 países dictaron penas de muerte y 20 llevaron a cabo ejecuciones, con un total de 883 ejecutados, aunque la organización destaca que deben ser muchos más pues no se tienen cifras acerca del castigo letal en China, posiblemente con miles de ejecuciones cada año.
Ese año, después de China, el mayor número de ejecuciones, 576, se registró en Irán, seguido de Arabia Saudí (196), Egipto (24), Estados Unidos (18), Iraq y Singapur (11 cada uno), Kuwait (siete) y Palestina y Sudán del Sur (cinco cada uno).
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