La exalta comisionada de la ONU para los derechos humanos Michelle Bachelet, quien finalizó su mandato este miércoles, lamentó hoy que las presiones de determinados Estados miembros de Naciones Unidas dificultaran la elaboración del informe crítico sobre China, publicado minutos antes de que dejara el cargo.
«Dije que publicaría el informe antes de que acabara mi mandato, y lo he hecho», destacó en un comunicado la también expresidenta chilena, quien afirmó que «para ser honestos, la politización de estas graves cuestiones de derechos humanos por determinados Estados no ayudó».
«Provocaron que la tarea fuera más difícil», subrayó Bachelet, quien también señaló que esas presiones afectaron a la posibilidad de que el informe pueda tener un impacto real.
Bachelet no quiso citar qué gobiernos concretos han presionado, aunque la semana pasada, en su última rueda de prensa al frente de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, reconoció que algunos Estados miembros de Naciones Unidas le habían pedido que el informe no viera la luz.
Tras la publicación del documento, que ve motivos para considerar que las autoridades chinas han cometido crímenes contra la humanidad en Xinjiang, Bachelet llamó a la comunidad internacional a «no instrumentalizar cuestiones reales y graves de derechos humanos con fines políticos».
Frente a ello, debe primar el diálogo, «pero este no debe significar mirar hacia otro lado», aseguró Bachelet, quien fue muy criticada en meses recientes por organizaciones de derechos humanos tras un viaje de trabajo a China en el que la acusaron de ser condescendiente hacia los abusos de Pekín.