Redaccion El Tequeno Por segundo año consecutivo la bajada de la Virgen del Valle, en el estado Nueva Esparta, se desarrolló dentro de las limitaciones que se han establecido debido a la pandemia de covid-19. Aun así, feligreses esperaron en los alrededores de la Basílica.
La homilía se celebró bajo estrictas medidas de bioseguridad para prevenir la propagación de la pandemia de covid-19. El acceso al templo, ubicado en El Valle del Espíritu Santo de la isla de Margarita, estuvo restringido por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, informó la corresponsalía de Todos Ahora.
Jesús Marcano, un joven que estaba cerca de la Basílica, contó al medio digital que se tatuó la figura de la virgen porque le hizo un milagro: hace cinco años estuvo hospitalizado porque se cayó de un árbol de 15 metros de alto.
Venezolanos en momentos difíciles
Monseñor Fernando Castro Aguayo, obispo de Nueva Esparta, pidió por los venezolanos que atraviesan por situaciones difíciles. El monseñor señaló que hay personas que no tienen alimentos, viven en soledad o que buscan medicamentos desesperadamente.
“He rezado, he pedido, junto con todos los que me acompañaban, por las necesidades de tanta gente, que son tan duras. A veces falta de comida, medicamentos que se buscan desesperadamente, hay soledad”, manifestó.
Este año se cumplió el centenario del nombramiento de la Virgen del Valle como Patrona del Oriente.
Castro, quien ofició la misa, recordó también que hay ciudadanos que pierden sus equipos producto de los frecuentes cortes eléctricos. Las personas pasan horas y hasta días sin el servicio y, además, pierden sus alimentos porque no pueden mantenerlos refrigerados.
“Por favor, madre mía, acoge a tu pueblo, ayúdanos para que podamos caminar por los senderos de bien, de fraternidad, de gran amor a Jesucristo”, expresó el monseñor durante unas declaraciones que concedió a la prensa.
