El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, denunció este jueves los “perversos” ataques rusos contra la infraestructura portuaria de Odesa, que dejó como resultado la destrucción de miles de toneladas de grano, asegurando que van a provocar una gran crisis alimentaria a nivel mundial.
“Por tercera noche, Rusia bombardea y destruye la infraestructura portuaria de Odesa y el almacenamiento de grano. Se han quemado más de 60.000 toneladas de grano. No sólo se retiran del acuerdo de grano para exportar el grano de Ucrania, sino que lo están quemando”, denunció el jefe de la diplomacia europea en declaraciones a su llegada a la reunión de ministros de Exteriores de la UE.
Alertó sobre la “enorme crisis alimentaria en el mundo” que va a provocar las acciones rusas contra Ucrania. “Si este grano no se almacena y se destruye, significa que habrá una escasez de alimentos, de grano, en el mundo”, advirtió, tras señalar que los responsables de Exteriores de los Veintisiete podrán tratar la situación con su homólogo ucraniano, Dimitro Kuleba, por videoconferencia.
Las autoridades ucranianas vinculan los ataques contra la infraestructura portuaria en Odesa a la reciente salida de Rusia del acuerdo de exportación de grano. Para volver al pacto, Moscú pide la retirada de las sanciones al suministro de cereales y fertilizantes rusos en los mercados internacionales, así como la eliminación de obstáculos para los bancos agrarios rusos y su “conexión inmediata” al sistema de transferencias SWIFT.
Apoyo militar a Ucrania
Borrell insistió en que la respuesta europea debe ser redoblar el apoyo militar a Ucrania para ayudarle a repeler los ataques rusos con misiles y drones.
“Los ataques masivos de estas últimas tres noches requieren por nuestra parte de una respuesta. La respuesta sólo puede ser una, aparte de la retórica, proporcionar más recursos militares”, señaló, insistiendo en que el compromiso de la UE con Ucrania debe ser a largo plazo y predecible.
Es en este contexto que se enmarca la propuesta de destinar 20.000 millones a armamento para Ucrania en los próximos años, el plan que Borrell presentará a los Veintisiete con la idea de asistir a Kiev de manera predecible y sostenida en el tiempo.
A su llegada a la reunión, el responsable de la diplomacia comunitaria no ha querido confirmar las cifras de su iniciativa y se ha limitado a decir que “ascenderá a una cantidad bastante importante de dinero”, subrayando que la UE tiene que contar con un “instrumento estable”. “Ucrania necesitará apoyo no mes a mes, sino a largo plazo, y un apoyo estructural y continuo”, reiteró.
La propuesta de Borrell será objeto de debate los próximos meses en Bruselas y tendrá que recibir el visto bueno de los líderes de la UE. “Si se pregunta a los ministros de Exteriores probablemente sean mucho más positivos al respecto que si se pregunta a los ministros de Finanzas”, ironizaba una fuente diplomática antes de la cita de este jueves en Bruselas.
Josep Borrell consideró como una “buena noticia” que Turquía se quiera acercar a la UE y apuntó a la opción de modernizar la unión aduanera y revisar la política de visados, tras señalar que la candidatura de Ucrania “ha creado una nueva dinámica” en el vecindario y en el proceso de adhesión.
“Quieren dar prioridad a la agenda europea en su enfoque político hacia nosotros. Es una buena noticia y ahora los ministros tendrán que debatir cómo responder a la petición de Turquía”, aseguró.
Valoró que tras muchos meses sin estar en la agenda, los Estados miembros tratarán las relaciones con Ankara, después de que en el marco de las negociaciones con Suecia para su entrada en la OTAN pidiera a la UE retomar su proceso de adhesión y que los Veintisiete estudien la modernización de la unión aduanera y la política de visados con Turquía, todo un giro respecto a la política exterior del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tras evitar aplicar sanciones contra Rusia y considerarse más cercano a las posiciones de Moscú.
Europa Press/Infobae