El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó este miércoles que Rusia se ha visto “terriblemente” debilitada por la guerra que ha emprendido en Ucrania y que cada vez más parece “el socio menor” en su relación con China.
“La dinámica actual hace que Rusia parezca cada vez más el ‘junior partner’ (socio menor) de la pareja ruso-china”, afirmó Borrell en una comparecencia en una sesión conjunta de la comisión de Asuntos Exteriores y la subcomisión de Defensa del Parlamento Europeo.
El político español afirmó que los retos a los que se enfrente Europa dependerán de “cómo acabe esta guerra” y de “los juegos de alianzas entre Rusia y China”.
“Está claro que Rusia está siendo terriblemente debilitada por esta guerra, y también es una buena noticia que China haya dicho claramente que no va a dar armas a Rusia, lo cual, desde luego, clarifica el panorama”, comentó.
Borrell dejó claro que la UE no tiene “ningún interés en que China apoye a Rusia y que dos países con sistemas de gobierno no multipartidista, como el nuestro, constituyan una unidad más poderosa que cada uno por su lado”.
Y “no nos interesa para nada una confrontación con China en este momento”, añadió.
Borrell alertó de que la UE debe “hacer como mínimo como Japón, que es entender que la capacidad propia tiene que desarrollarse si queremos ser un actor capaz de influir en los asuntos del mundo, utilizando elementos de coerción, que los demás se comporten como queremos”.
Defendió en ese contexto también la “estrecha cooperación” con ese país o con Australia y Corea del Sur, dentro de la estrategia europea para tener más presencia en la región indo-pacífica.
El jefe de la diplomacia comunitaria aludió al acuerdo en la UE para potenciar la fabricación de municiones para entregar a Ucrania y la reposición de arsenales.
“No me alegro para nada de tener que invertir en la fabricación de armamento que se va a utilizar en una guerra. Preferiría no tener que hacerlo”, aseguró.
Pero se preguntó “qué clase de poder blando hay que utilizar con Rusia”, ya que “estamos en una guerra y las guerras se hacen con armas”, pese a que la UE no forma parte del conflicto de agresión emprendido por Moscú contra su vecino.
Borrell lamentó que “vivimos en un mundo que no es como nos gustaría que fuera”, en el que “estamos viendo el retorno de la competición clásica entre Estados utilizando la guerra en su expresión más clásica y convencional”.
“Estamos dispuestos siempre a trabajar por la paz, pero también a hacer frente a situaciones en las que alguien no esté dispuesto y desencadene guerras”, apuntó.
Así, insistió en que la UE no puede rechazar el “poder duro”, que “no es solo el poder militar” sino también la “capacidad coercitiva” ejercida con herramientas como las sanciones.
“Tenemos que desarrollarlo si queremos sobrevivir en este mundo peligroso en el que la agresión de Rusia a Ucrania nos ha introducido”, opinó.
Borrell también se mostró “satisfecho” de la implementación de la “Brújula Estratégica”, el nuevo plan de seguridad de la UE para los próximos años que entró en vigor hace un año y que prevé la puesta en marcha de unas 80 acciones en el ámbito de la defensa.
Aseguró que “va por buen camino” la preparación de iniciativas como la de la capacidad de despliegue rápido de unos 5.000 militares en casos de emergencia o crisis fuera de la UE, que se prevé esté plenamente operativa en 2025 y que realizará sus primeros ejercicios en octubre próximo en España.