El domingo 25 de julio, Caracas cumple 454 años de haberse fundado. La historia de la ciudad es extensa y variopinta, pero ignorar la realidad de hoy es casi imposible para quienes la habitan. Delincuencia y servicios públicos abandonados, consecuencia de la crisis que afecta al país desde hace casi 20 años, suprimen las emociones positivas de una fecha que debería ser sinónimo de celebración.
OLGA MARIBEL NAVAS // EL ESTÍMULO
Para evidenciarlo, El Estímulo dejó que caraqueños de distintas zonas de la ciudad dieran sus razones para mantenerse al margen de cumpleaños que para todos no será feliz.
Caracas es zona roja
De acuerdo al último informe del Observatorio Venezolano de Violencia, correspondiente al año 2020, Caracas mantenía uno de los primeros lugares como una de las ciudades más violentas de Venezuela con una tasa de 52,8 muertes violentas por cada mil habitantes.
La tasa es el resultado de tres componentes: los homicidios, cuya tasa fue de 22,2 víctimas por cada 100 m/h; resistencia a la autoridad, cuya tasa fue de 15,1 víctimas por cada 100 m/h; y las muertes por averiguación, cuya tasa fue de 15,6 víctimas por cada 100 m/h.
Según este estudio, durante el año 2020, se presentaron varias situaciones que incidieron en que bajaran los índices de criminalidad en Caracas. En primer lugar se destacó la pandemia de covid-19. el confinamiento conllevó a que hubiera una menor cantidad de personas en las calles y más funcionarios del orden público. Esto transformó la rutina de los delincuentes.
Hubo una disminución de acciones de los grupos delictivos pequeños, para dar paso al crimen organizado. son las bandas que están mejor organizadas y las lideran pranes como: el “Koki” en la Cota 905; “El Mayeyas” en la parroquia La Vega: “El Loco Leo” en El Valle; y “Wilesi”, en el barrio José Félix Ribas de Petare.
Asesinada dentro de su casa
El lunes 24 de mayo, la señora Blanca Violeta Orellano, de 64 años de edad, se encontraba a solas en su casa ubicada en la calle El Rosario, adyacente a la cementera La Vega. En ese momento, se generó un enfrentamiento en la zona protagonizado por las bandas delictivas. De las miles de balas que se escucharon esa tarde, una penetró el costado de su abdomen.
Su hijo intentó comunicarse con ella, pero la funcionaria jubilada de la policía no contestó. Tras horas sin saber de ella, su hijo fue a visitarla y la encontró muerta.
Andrés Bello, un profesor y vecino de La Vega, era muy cercano a Blanca Violeta. Así habla de ella: “Blanca era mi amiga. Además de ser funcionaria jubilada, era profesora. Desarrollábamos un proyecto para rescatar la figura de los jueces de paz en nuestra comunidad y en todas las parroquias de Caracas”.
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