A un exgobernador lo detuvieron al salir de una vigilia. A un exdiputado lo bajaron por la fuerza de un auto y se lo llevaron. A una activista agentes de inteligencia le derribaron la puerta de su casa y la arrestaron. Todos son opositores al gobierno chavista y formaron parte del comando de campaña del aspirante presidencial Edmundo González o del círculo de colaboradores de María Corina Machado.
Williams Dávila, Freddy Superlano y María Oropeza fueron detenidos días después de la elección presidencial, del 28 de julio, donde, según el Poder Electoral, el gobernante Nicolás Maduro resultó vencedor, sin mostrar aún el escrutinio desglosado.
No son los únicos. La ONG Foro Penal detalló el miércoles que en el país hay 1.808 presos políticos. Del total, 1673 fueron arrestados después del 29 de julio.
La ola de detenciones y las amenazas de cárcel poselectorales por parte de funcionarios oficialistas llevó a la «clandestinidad» a decenas de políticos opositores, que se rebelaron contra el boletín que proclamó a Maduro ganador, para evitar engrosar la lista.
Incluso, Machado se encuentra desde agosto bajo esa figura por temor a su vida.
Jesús Armas, de 37 años, que trabajó en la campaña de González y participó en las movilizaciones junto a Machado también alteró su rutina. Periódicamente cambia el lugar donde pasa el día y solo sale a protestas convocadas por la disidencia.
Armas accedió a conversar unos minutos con la Voz de América antes de abandonar uno de los sitios donde se «resguardaba”. Él comenzó a hacer política en la universidad y fue concejal de Caracas entre 2013 y 2018.
Acá transcribimos parte de la conversación.
VOA: ¿Qué significa la clandestinidad en este momento de Venezuela?
Armas: En las últimas semanas hemos visto la represión más brutal y más terrible de la historia de Venezuela. Y con esto me refiero a que a partir del 28 de julio, Nicolás Maduro soltó a los cuerpos de seguridad a las calles para utilizar la violencia contra todo aquel ciudadano que sencillamente alzase su voz en contra del fraude electoral cometido por él y por el Consejo Nacional Electoral, que es la institución encargada de organizar las elecciones en Venezuela.
La verdad es que eso ha traído como consecuencia que hoy hay más de dos mil personas detenidas en Venezuela y más de 23 asesinados, y muchos de ellos son mis compañeros de partido, de otros partidos políticos, del Comando con Venezuela, y hay personas que simplemente están luchando por la democracia en el país.
VOA: ¿Por qué tomó usted la decisión de vivir en esta condición?
Armas: Hemos tenido distintas amenazas en las últimas semanas. El Ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, nos ha sacado en un programa de televisión que tiene semanalmente, que utiliza para marcar y amedrentar a todo aquel que se oponga al régimen o a la dictadura de Nicolás Maduro.
Al mismo tiempo, hace algunas semanas fuimos perseguidos por la policía secreta de Nicolás Maduro, que es el Sebin, el cuerpo de seguridad que utiliza para la represión, para perseguir, para amedrentar a los políticos.
Hoy no soy tan solo yo, sino que hay decenas de líderes de la oposición venezolana que se encuentran en la clandestinidad, incluyendo a María Corina Machado. ¿Por qué tomamos esta decisión? Mira, por ejemplo, está el caso de María Oropeza. Ella es una dirigente del Comando Venezuela en uno de los estados del país y por el simple hecho de formar parte de la campaña de Edmundo y de María Corina, el Sebin llegó a su hogar y se la llevó sin ningún tipo de orden de allanamiento, sin ningún tipo de justificación, simplemente usando la violencia y casos como el de ella han pasado muchísimo.
VOA: ¿Cómo es la vida así?
Armas: Nuestra vida es con una movilidad totalmente reducida. Nosotros no podemos ir al mercado o sencillamente reunirnos con amigos o ir a la oficina como lo hacíamos antes. Hoy tenemos que estar resguardados en distintos lugares. Nos movemos con cierta frecuencia, para evitar que puedan marcar el punto donde nos quedamos y si nos toca movernos, pues tenemos que hacerlo lo más cubierto posible, sin mostrar nuestros rostros.
Es vivir una vida como si fuese una suerte de delincuente o de banda criminal. Y la verdad es que somos ciudadanos que creemos en la libertad, en la democracia y que estamos luchando por que se respete la soberanía popular y el voto de los venezolanos.
VOA: ¿Cómo se transformó el hacer política en Venezuela a partir del 28 de julio?
Armas: (…) La verdad es que después del 28 de julio hubo un hito donde la violencia aumentó de manera significativa. Los arrestos fueron de manera masiva, algo que nunca antes había pasado en Venezuela y, luego de eso, empezaron una serie de ataques, por ejemplo, a la morada de los liderazgos políticos, de persecuciones. Es la persecución que hemos vivido durante quizás los diez últimos años, pero con esteroides y en muy poco tiempo.
La brutalidad, las torturas, la forma como estamos viendo hoy la represión, es totalmente distinto a lo que habíamos visto antes. Y, obviamente, todo el liderazgo político teme por su libertad y teme por su vida.
Hay casos muy emblemáticos, como el caso de Williams Dávila, un diputado que es una persona mayor que no debió nunca ser detenido. Se lo llevaron por el simple hecho de haber asistido a una protesta y lo tuvieron que sacar de la cárcel al día siguiente porque era una persona mayor y estaba enfermo. Hoy está retenido en un centro clínico.
VOA: ¿Su familia sabe cuál es su paradero?
Armas: La verdad es que hablo con mis padres, pero no saben dónde estoy, se conforman con saber que estoy bien, porque están muy claros de cuál es la situación. Y lo mismo ocurre con mi pareja. Tenemos protocolos para comunicarnos.
VOA: ¿Cómo siente que está Venezuela a un mes de la elección?
Armas: Yo creo que Venezuela está en una tensa calma. Nicolás Maduro no puede esconder la verdad. Todos los venezolanos saben lo que pasó el día de la elección, y que la inmensa mayoría de los venezolanos votó por González Urrutia. Las actas están allí y son la demostración de cuál fue la voluntad de los venezolanos, pero más allá de eso, las Fuerzas Armadas saben también lo que pasó el día de las elecciones. Y lo saben, por supuesto, los testigos del partido de Nicolás Maduro.
Entonces, hoy Venezuela está en una tensa calma donde, a pesar de la represión, los venezolanos entienden que Venezuela va a cambiar. Tienen la certeza de que eso va a pasar, pero saben que no es el momento de estar en las calles, pero que muy pronto lo volveremos a estar.
VOA: En su caso no hay una orden de detención, ¿por qué tiene que tomar una medida como esta?
Armas: Mira, la verdad es que de la conducción política que está lamentablemente detenida, pues sencillamente no ha habido ninguna orden de captura contra ellos y no se ha seguido el debido proceso.
Esto es una dictadura que actúa de manera discrecional y simplemente se puede privar de libertad a quien ellos quieran, cuando ellos quieran. Entonces, frente a eso, lo único que nos queda a nosotros es resguardarnos, jugar de manera táctica muy inteligente hasta que podamos reorganizarnos y volver a las calles a luchar por la democracia.
VOA: ¿Cómo calificaría la situación de la oposición? ¿Están desarticulados?
Armas: Bueno, yo creo que estamos reorganizándonos, porque esto es una nueva etapa de lucha. Durante meses nos organizamos en todo el país junto a cientos de miles de voluntarios para poder defender el voto como lo hicimos y lograr tener las actas electorales. Ahorita nos toca un nuevo proceso en el cual, desde la clandestinidad, tenemos que reorganizar a los partidos políticos y a los liderazgos, pero además mantener motivada a la ciudadanía.
Nosotros entendemos muy bien el momento en el que estamos, tenemos las herramientas y la fortaleza, tanto espiritual como psicológica para poder afrontar estas condiciones y que, muy pronto, los venezolanos tendremos razones para celebrar. La verdad es que nosotros entendíamos muy bien lo que era la dictadura de Nicolás Maduro, sabíamos que esto podía pasar en cualquier momento, sabíamos que eran capaces de robarse las elecciones frente a los ojos del planeta entero.
Por eso nos preparamos, conseguimos las actas y teníamos preparado todo este sistema de digitalización para poder mostrárselo al mundo y, al mismo tiempo, estábamos preparados para que nos tocase algo así. Aquí, dentro del Comando Venezuela y dentro de la oposición venezolana, hay gente muy valiente que está dispuesta a todo, a entregar su libertad y su vida por la democracia.
Y yo creo que esta nueva etapa solamente va a continuar alimentando la épica del pueblo venezolano y sus ganas de poder vivir en una democracia. Yo empecé en la política cuando tenía 17 años, estaba en primer semestre de ingeniería en una universidad venezolana y ahí me di cuenta cómo Hugo Chávez Frías empezó a avanzar hacia convertir a Venezuela en un estado autoritario y empecé a organizarme con otros estudiantes, a movilizarnos y a luchar, en principio, por la libertad de expresión y luego, obviamente, por los valores democráticos.