El cardenal Baltazar Porras, administrador de la Arquidiócesis de Caracas, señaló que la causa del beato José Gregorio Hernández “no es producto de propaganda”.
Destacó que se ha difundido gracias a lo que “significó su vida, su ejemplo y su testimonio y eso se ha regado por todas partes. Después de la beatificación esto se ha multiplicado todavía muchísimo más”.
En entrevista con Eduardo Rodríguez en el espacio A Tiempo de Unión Radio, explicó que para ser beato hace falta un milagro y para la canonización debe haber otro milagro después de la beatificación.
Destacó que se han presentado muchísimos favores y posibles milagros desde muchísimas partes del mundo. “Teníamos tres, pero la normativa canónica nos dice que hay que escoger solo uno».
Precisó que se escogió uno, tras el análisis de expertos, que ocurrió en Miami. “A un venezolano que estaba en estado pre mortem, necesitaba un trasplante y había la negativa por parte de la clínica y tenía una serie de deficiencias del hígado, riñones, corazón y diabetes (…) Estaba brincando y completamente sano, cuando lo llevaron al quirófano para ver lo que tenía”.
“Lo más curioso es que los médicos tratantes eran un hindú y el otro hebreo, de tal manera que no era un católico para ver cómo acomodaba esto”, comentó.
Detalló que la oración de intercesión no fue hecha por él, sino por el entorno, la familia y los amigos de este hombre de 40 años “que estaba más muerto que vivo”.
“Tuvimos la dicha de llevar (el expediente) y entregarlo e Roma hace una semana. El propio papa Francisco se emocionó porque él ha promovido declarar a José Gregorio Hernández copatrono de la Cátedra de la Paz”, apuntó.
Opina que el beato es “un ejemplo y modelo” porque existe una anécdota real de que en Venezuela en el siglo XX, ajeno a lo que pasaba en el mundo estaba preocupado por la I guerra mundial y ofrece en sus oraciones al señor su vida si se acaba el conflicto bélico “y coincide el fin de la guerra, la firma del armisticio con la muerte de José Gregorio”.
Agregó que ante el actual escenario de la guerra entre Rusia y Ucrania, “el propio papa nos ha pedido que hagamos en la Universidad del Laterano en Roma, donde está esta catedra, a finales de octubre un Simposio sobre José Gregorio”.
Apuntó que ahora el expediente debe ser examinado por una comisión médica que determine hasta donde llega la ciencia, después la comisión de los teólogos analizará los testimonios y esto pasa a la comisión de cardenales que analizará de nuevo más cosas “y se lo presenta al papa para que lo declare, probablemente todo este proceso tarde entre 6 meses o un año”.
En el ámbito histórico, destacó que para Venezuela el 19 de abril y el 5 de julio son dos fechas de la civilidad, “no fue la fuerza, no fueron las armas que nos llevaron a esto, sino que en medio de una situación caótica fue la racionalidad en busca del bien de la sociedad.
En cuanto al panorama político del país, el purpurado señaló que la Venezuela de hoy no es la misma de hace dos o veinte años atrás, “por todo lo que ha sido el descalabro institucional y lo que más preocupa es que el venezolano no cree en nadie, hay una desconfianza de todo porque se le ha fallado en el campo social y político”.
El religioso llama a los políticos al no descuidar el interior del país y solo centrarse en los grandes centros urbanos porque ello contribuye a generar más desigualdad social, “por eso hablamos de la burbuja que es Caracas y las principales ciudades, uno lo vive, a uno que le toca viajar hacia el interior donde no llegan los servicios públicos”.
“Necesitamos un cambio real de conciencia”, acotó.