Habitantes del macrosector El Jebe, quienes tienen en su vía principal al menos 14 desbordes de aguas negras y el agua potable es deficiente son uno de los más afectados, sobre todo en el sector «Negra Matea», donde hay niños que tienen marcas en las piernas, brazos e incluso el rostro, en su mayoría, han recibido el diagnóstico de leishmaniasis.
«Mi hijo cuando tenía 6 años lo picó un zancudo en el brazo y comenzó con una piquiña, le daba fiebre y le dolía, lo llevé a dermatología en el Hospital Pediátrico y recibía el tratamiento, cada vez que me decían lo llevaba, además que tenía que lavarle con jabón azul y solución, todo esto para matar el parásito», dijo Zoraida Querales. Su pequeño quedó con una mancha blanca en el brazo.
Una situación similar vive Rosibel de Querales, quien tiene 8 niños, en edades comprendidas entre los 8 meses y 18 años. La pequeña tiene una afección en la piel parecida a la varicela o «lechina», que asegura no le consiguen diagnóstico, al igual que su hijo mayor, quien tendría varias marcas en su piel por la cantidad de zancudos que hay y dijo que su hijo es alérgico.
No desistir en conseguir el diagnóstico es un llamado que hace el infectólogo, Antonio González Mata, debido a que cada afección en la piel tiene un tratamiento específico para erradicar el parásito.
«No se debe dejar de insistir en acudir al médico hasta que se dé con el diagnóstico, porque puede ser que sólo necesite antibióticos o también una crema», dice.
Destaca que para la prevención de estas enfermedades, las personas deben tener el esquema de vacunación completo y además reforzarlo. También lavar constantemente las manos, lavar correctamente los alimentos y además hervir el agua, así sea de botellón y conservar una buena higiene con uso de jabón.
Recalca la importancia de acabar con los criaderos de zancudos en las viviendas, que es donde se almacena el agua, pues aunque se fumigue esta no sería una medida eficaz para erradicar estas enfermedades.
El doctor, René Rivas, presidente del Colegio de Médicos, aseguró que debería haber vigilancia, ya que estas son enfermedades que vienen de lo rural y se terminan asentando en centros urbanos. Destaca que la realidad socioeconómica también los golpea con la alta tasa en desnutrición y sin ingresos fijos que les permitan garantizar la higiene.