Cataluña lleva varios días viviendo masivas protestas que dejaron imágenes que dieron la vuelta al mundo.
Durante las pasadas noches se vieron barricadas en el centro de Barcelona, y fuertes enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Pero ¿qué hay detrás de estas protestas? Te lo explicamos a través de estas 4 cuestiones:
1. ¿Por qué hay protestas en Cataluña?
Las protestas estallaron el lunes 14 de octubre, después de que nueve líderes independentistas catalanes fueran sentenciados a penas de entre 9 y 13 años de prisión por el Tribunal Supremo español.
Los políticos fueron condenados por sedición por su papel en un referéndum de independencia en 2017 que el gobierno español dictaminó como ilegal.
Otros tres acusados fueron hallados culpables de desobediencia y no fueron sentenciados a prisión. Los 12 políticos y activistas negaron los cargos durante el juicio en su contra.
El ex vicepresidente de la Generalitat (el gobierno regional de Cataluña), Oriol Junqueras, afronta la pena más alta por un delito de sedición junto con el de malversación de fondos públicos.
Los manifestantes consideran injusta la decisión del alto tribunal español y demandan una solución política y no judicial a la crisis catalana.
La mayoría de partidos españoles, incluidos el gobernante Partido Socialista y el principal partido de la oposición, el conservador Partido Popular, mostraron su respeto al fallo. Sin embargo, el partido ultraderechista Vox lo consideró insuficiente y anunció que presentará un recurso.
El mismo lunes, miles de manifestantes bloquearon las carreteras que conducen al aeropuerto de El Prat de Barcelona, un importante centro de transporte. Más de 100 vuelos fueron cancelados cuando los manifestantes se enfrentaron a la policía antidisturbios en los edificios de la terminal.
Las manifestaciones continuaron durante las jornadas de martes, miércoles y jueves, con decenas de miles de partidarios de la independencia en Cataluña cortando importantes vías de tren y avenidas.
En algunos momentos las protestas se tornaron violentas, y el centro de Barcelona, como ocurrió en otras ciudades catalanas, se convirtió en escenario de una batalla campal con barricadas y enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
2. ¿Cómo ha respondido el gobierno español?
El presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, dijo que el ejecutivo «será moderado, no va a sobreactuar y será firme en la respuesta».
En una rueda de prensa la noche del miércoles, Sánchez hizo un llamamiento a la «serenidad y templanza» y afirmó que el gobierno central garantizará los derechos y libertades de todos «y lo hará desde la fortaleza, la unidad y la proporcionalidad en la respuesta en la violencia».
Por otro lado, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dijo que los servicios de inteligencia españoles están investigando quién está coordinando las protestas.
Los manifestantes están utilizando una aplicación conocida como Tsunami Democràtic, que los dirige a los sitios de manifestaciones en ciudades catalanas.
3. ¿Qué hay detrás de la crisis catalana?
Cataluña es una rica región semiautónoma en el noreste de España con alrededor de 7,5 millones de habitantes. Tiene una identidad propia que se remonta a siglos atrás.
Al igual que las demás comunidades españolas, tiene su propio gobierno regional, su propio parlamento local, bandera e himno, pero en su caso, Cataluña tiene también un idioma propio y su propia fuerza policial.
Antes de la Guerra Civil española (1936-1939), Cataluña disfrutó de una amplia autonomía, pero eso fue suprimido por el general Francisco Franco, quien lideró un gobierno militar durante casi 40 años en España.
Cuando Franco murió, la región volvió a obtener autonomía bajo la constitución de 1978.
Un estatuto de 2006 otorgó poderes aún mayores, impulsando el peso financiero de Cataluña y describiéndola como una «nación», pero el Tribunal Constitucional de España revirtió gran parte de ese texto en 2010.
La crisis financiera de 2008 en España y los recortes en el gasto público alimentaron el sentimiento separatista.
Algunos nacionalistas catalanes se quejan de que su región envía demasiado dinero a las partes más pobres de España, ya que los impuestos son recaudados por el gobierno central de Madrid, que los redistribuye en todo el país.
Tras un referéndum simbólico en noviembre de 2014, prohibido por España, los líderes independentistas de Cataluña llevaron a cabo otro referéndum el 1 de octubre de 2017, que también fue declarado ilegal por el Tribunal Constitucional de España.
El gobierno catalán de ese entonces, liderado por el expresidente Carles Puigdemont (que se encuentra fugado de la justicia española en Bélgica) dijo que el 90% de los votantes respaldó la independencia. Pero la participación fue solo del 43%, ya que los contrarios a la independencia no participaron.
En un ambiente febril, la mayoría separatista en el Parlamento catalán hizo una declaración unilateral de independencia el 27 de octubre de ese año.
Esto llevó al gobierno español a aplicar el artículo 155 de la Constitución española que le permitió a Madrid disolver el Parlamento regional, tomar el control del gobierno catalán y convocar unas elecciones adelantadas, que ganaron los partidos nacionalistas.
Además, se ordenó el encarcelamiento de los líderes independentistas que acaban de ser condenados.
Puigdemont y seis miembros de su gobierno huyeron de España antes de responder ante la justicia.
En junio de 2018, los nacionalistas catalanes recuperaron el control de la región cuando juramentó un nuevo gobierno.
Quim Torra, un aliado cercano a Puigdemont, dirige ahora el gobierno regional.
4. ¿Qué puede pasar ahora?
Aunque tanto desde el gobierno español como desde el catalán ha habido llamados para detener las protestas violentas y rebajar la tensión, están previstas nuevas manifestaciones para los próximos días.
Este viernes se realizan varias marchas independentistas coincidiendo con la convocatoria de una huelga general por parte de sindicatos locales y manifestaciones independentistas en la región.
Torra habló después de que Pedro Sánchez le interpelara para que condenara la violencia, algo que finalmente hizo la noche del miércoles.
«Tenemos que hacer esto de una manera pacífica. Esa es la única forma en que los catalanes tienen que avanzar hacia la independencia, la única», dijo el presidente de la Generalitat.
«Nosotros, los separatistas, no nos reconocernos en la violencia. Ese no es nuestro lenguaje. La rechazamos como siempre lo hemos hecho, no nos representa. Rechazamos y condenamos todo tipo de violencia».
Los sectores independentistas dijeron estos días que seguirán presionando por un nuevo referéndum sobre la secesión de España.
Mientras, los sectores políticos catalanes no independentistas han llamado al presidente de la Generalitat a convocar elecciones regionales.
Por otro lado, desde Madrid, los partidos de oposición Partido Popular y Ciudadanos reclamaron al gobierno central liderado por Sánchez que actúe de manera más contundente, incluso aplicando de nuevo el artículo 155 de la Constitución que le permitiría tomar el control de Cataluña.
Esta crisis ocurre prácticamente en medio de una nueva campaña electoral, ya que los españoles tendrán que volver a las urnas el próximo 10 de noviembre después de que no se llegara a ningún acuerdo para formar gobierno tras los comicios del pasado 28 de abril.