La ciudad de Catania, Sicilia, y los municipios de los alrededores amanecieron cubiertos de ceniza y de fragmentos de lava, después de la violenta erupción del volcán Etna que duró varias horas y mantuvo cerrado momentáneamente su aeropuerto.
El volcán activo más alto de Europa comenzó una de sus frecuentes erupciones en la tarde del martes. En esta ocasión la erupción de Etna fue de gran intensidad, con emisiones de lava, cenizas y expulsión de lapilli, fragmentos de piedra, que llegaron a los pueblos cercanos y a Catania.
La erupción, que levantó una columna de humo de más de un kilómetro, duró cerca de una hora y obligó al aeropuerto de Catania a suspender toda su actividad a causa de los problemas de visibilidad.
La lengua de lava descendió por el desértico Valle del Bove, llegando a los 1.700 metros, en una zona alejada de los centros habitados, informó el Instituto de Vulcanología de Catania.
Desde esta mañana, se comenzaron a limpiar las ciudades de la ceniza y a contabilizar los daños, sobre todo en los cultivos. Las autoridades locales prohibieron en algunos municipios la circulación de motos y bicicletas ante la peligrosidad de las carreteras.
El Instituto explicó que estos episodios paroxísticos son un fenómeno típico de la reciente actividad eruptiva del Etna.
Desde 1977 hasta la actualidad se han producido cientos de episodios similares al actual, incluida la secuencia excepcional de 66 entre enero y agosto de 2000 y unos 50 entre 2011 y 2013.