En tiempos de crisis, el arte siempre ha sido una herramienta contestataria, no sólo para el artista que crea una pieza, sino incluso, para el consumidor de la obra que termina identificándose y siendo parte de esa forma de expresión.
América Latina, por su condición propia de estar envuelta en constantes crisis, es un nicho extraordinario para la explotación cultural, que no se limita únicamente a géneros tradicionales, sino que, por la misma situación heterogénea del continente hace que se mezclen una diversidad de estilos y formas de expresión que convierten a este lado del mundo en una cuna riquísima del ingenio y la creatividad.
Como lo expresaría el destacado dramaturgo José Ignacio Cabrujas: “Los latinoameriacanos somos los ciudadanos más privilegiados del mundo, porque nosotros somos los únicos ciudadanos universales. Un venezolano es un francés de paso y un noruego también, pero además es un indígena y un negro, por eso debemos aprovechar ese derecho a la cultura que nos dio la historia”.
Es así como Karina Freites o Rubby Cobain, como firma sus obras, una joven venezolana extraordinariamente expresiva, carismática y elocuente, ha logrado con su arte lo que ningún político ni economista ha podido en las últimas décadas, revaluar la moneda de un país, pero en su caso, a través de la pintura.
Esta “chama” (como se le dice a los jóvenes en Venezuela), transformó lo que en principio para ella era un sentimiento de frustración e indignación en arte y por lo tanto, en un estilo de vida. Y es que, un día mientras estaba distraída en medio de una clase de matemáticas en los últimos años de la secundaria, reflexionaba sobre lo vergonzoso que era para ella, que el billete de menor denominación de su país, estaba tan devaluado que ya no le servía ni siquiera para pagar el transporte público.
Por lo que aprovechó su sentimiento de decepción y su rato de “ocio” para preguntarse: “¿Por qué mejor no intervenir este billete para darle algo de valor?”.
Así que, aprovechó su talento, tomó un bolígrafo y sobre el rostro de Francisco de Miranda, el prócer venezolano conocido como el Precursor de la Independencia Americana, quien paradójicamente decoraba el billete de dos bolívares, el de más baja denominación para ese entonces, y lo convirtió en una especie de zombie artístico que generó dos reacciones polarizadas.
Por una parte algunos de sus profesores reprobaron el dibujo porque lo vieron como una falta de respeto al prócer y a la moneda. Y por otro lado, sus compañeros de clase la respaldaron y la apoyaron en su iniciativa, porque vieron graficado en ese “Miranda zombie”, el reflejo de en lo que se había convertido la moneda venezolana, una suerte de cadáver en circulación.
Este sólo fue el comienzo de una carrera ascendente para quien hoy es conocida como “La Chama que pinta billetes” y que con su talento, rinde tributo a grandes artistas y personas influyentes sobre el papel moneda, lo que la ha llevado a participar en muestras de arte como en el “One Art Space” de Nueva York y a conocer a grandes figuras públicas como Jorge Drexler y hasta recibir un mensaje de reconocimiento del ganador del Grammy, Bad Bunny.
– ¿Quién es la Chama que pinta billetes?
– Yo siempre he sido muy punk, muy contestataria, no solamente en esto, sino en todos los ámbitos de mi vida. Siempre he manifestado las cosas que me hacen feliz, pero mis descontentos también los manifiesto. Había algo que a mi me estaba molestando, que no sabía cómo arreglar, pero yo tengo una herramienta que desde muy pequeña he estado trabajando y es el arte, no solamente en la parte pictórica, sino también en la musical, así que yo soy arte para todo lo que tú quieras.
– ¿Cómo pasaste de pintar estas figuras decadentes como el Miranda zombie que refleja una clara protesta contra la devaluación, a empezar a rendir tributo a personajes influyentes y embellecer aún más tus obras?
– Mi arte ha tomado otro vuelo, porque no se trata sólo de incorporar lo que nos aqueja como venezolanos sino también de ver en los billetes a personas y sitios que a mi me representen. Por ejemplo, una vez en un viaje para Nueva York, estaba haciendo conexión en Colombia y agarré un billete colombiano y me sorprendí al ver que en él estaba (Gabriel) García Márquez y dije ´¿por qué nosotros no podemos tener esto?´.
En el de 500 pesos mexicanos está Frida (Kahlo), y en ese mismo está Diego Rivera, entonces por eso a mi también me gusta incorporar a gente que a mi me representa como Daniel Dhers, Carolina Herrera o Arca, pero sin dejar de lado el porqué empezó todo esto, entonces a este nuevo proyecto lo llamé ´la República Revaluada de Venezuela´.
– ¿En qué consiste el proyecto de la República Revaluada de Venezuela?
– Eso lo que busca es romper con el patrón de lo que nos enseñan en el colegio de que los únicos importantes son los próceres militares. Yo siento que nosotros tenemos un montón de cosas increíbles para destacar, para dar sólo un ejemplo, el bisturí de punta de diamante, el que se usa para las cirugías, lo inventó un venezolano, eso no lo enseñan, ¿por qué yo tengo que aprender eso en otro lado?.
¿Por qué no tenemos el Salto Ángel en los billetes?, si es la caída de agua más alta del mundo, casi un kilómetro y está en Venezuela.
¿Por qué no ponemos a nuestros atletas como Daniel Dhers o Yulimar Rojas que a cada rato rompe un nuevo récord?, esa chama respira y rompe un récord, pero sacan un montón de billetes con una sola imagen de un Bolívar que nadie conoce. Eso no sólo es un problema de diseño, sino que también confunden a la gente porque todos los billetes son iguales.
El material de nuestros billetes es muy bueno y lo estamos desperdiciando, estamos teniendo una pérdida de recursos tan importante por todos lados, como los venezolanos que se fueron, la gente que no está invirtiendo y yo siento que lo de nuestros billetes también es un reflejo de esa pérdida.
– ¿Qué opinas de que en la mayoría de los billetes se le rinde tributo a militares?
– Hay algo que decía Renny Ottolina, y es que, poner el nombre de Bolívar en la moneda es quitarle valor, yo siento que cada vez que uno va a pagar con un bolívar se devalúa más el nombre del Libertador y aunque tengamos muchos próceres como Miranda, en realidad no los respetamos para nada. Es muy triste que Simón Bolívar que fue un personaje tan imporante para toda América, hoy simplemente sea un papel.
– Tú también has colaborado con varias ONG que defienden los derechos humanos como ´Sin Mordaza´, incluso en tus redes te defines como “activista”, ¿alguna vez has tenido algún tipo de amenaza o persecución por lo que haces?
– El primer año que lo empecé a hacer, recibí un mensaje en redes sociales de una cuenta de un organismo del Estado que me decía que yo no podía estar haciendo eso, yo pensaba que era un bot, pero cuando entré al perfil me llevó a la cuenta de una institución chavista, yo en el momento sentí miedo, pero después lo desestimé, me pregunté ¿qué clase de amenaza es esta? si yo ni siquiera era mayor de edad. Pero hace unos meses, antes de visitar Venezuela, volví a sentir miedo porque hoy en día hay gente que me reconoce y no sabía si podía llegar un funcionario y decirme que estaba detenida, esas cosas pasan y me asustaba pensarlo.
– ¿Por qué te fuiste de Venezuela?
Por las razones del venezolano común, del venezolano que estaba harto. Yo siempre digo que yo me fui del país como cuando te separas o te divorcias estando aún enamorada, así me fui yo de Venezuela. Lamentablemente me fui porque no tenía oportunidades, porque llegó un punto en el que sentía una especie de claustrofobia.
– ¿Cómo fue tu regreso a Venezuela después de seis años?
– La verdad es que uno va con mucho miedo, porque uno cree que va a encontrar lo que dejó, la gente protestanto, las colas para todo, pero la verdad es que no. Venezuela no se arregló, pero hay muchas cosas pasando al mismo tiempo, a mi me botaron de mi país y lo primero que recibí al volver fue que me dijeran “bienvenida a tu país”, eso fue como un balde de agua fría, (dijo entre risas).
Uno pasa por zonas como Las Mercedes en Caracas y parece Dubai, pero vas al centro y hay zonas donde no llega el agua, hay personas para las que un dólar representa muchísimo y hay otras que pagan hasta 180 dólares para comer en un restaurante que está suspendido en el aire, todo es muy surreal.
– Volviste a la Argentina donde la economía también está muy devaluada, incluso hay billetes que también han salido de circulación y los has empezado a intervenir pese a que hace unos años dijiste que no pintarías pesos, ¿qué te motivó a cambiar de parecer?
– Aunque yo soy caraqueña hasta los tuétanos y Venezuela es mi casa para siempre, a veces uno no elige el hogar y yo ya siento a Argentina como mía, me abrieron las puertas han sido buena nota conmigo, los argentinos son excelentes anfitriones y les gustan los tequeños, te hacen sentir bienvenida. Yo dije que no iba a pintar pesos, pero llega un punto en que haces click y te das cuenta que también perteneces a acá, yo le pago impuestos a la Afip, por lo tanto, yo también soy campeona del mundo (dijo entre carcajadas).
Por eso difiero un poco de Facundo Cabral cuando decía “no soy de aquí ni soy de allá”, no, yo si soy de aquí y también soy de allá, citando a Jorge Drexler “somos una especie en viaje, no tenemos pertenencias sino equipaje”, estamos vivos porque estamos en movimiento.
– Pintar bolívares te llevó a exposiciones de arte en Nueva York y ha hecho que te compren piezas en países como Israel, Francia y otros, ahora con los pesos ¿cuál ha sido la reacción de los argentinos?
Ahora le he llegado al argentino, porque antes no entendían por qué pintaba los billetes de mi país, pero ahora el argentino empatiza y lo entiende, porque les conmueve no sólo la pintura sino el sentimiento de que no solamente somos como una especie de primos latinoamericanos, sino que además, somos primos en lo que nos está pasando y sienten que esa realidad les está golpeando y cuando ven el arte que hago en sus billetes me lo agradecen, me dicen “gracias chama”.
– ¿Cómo lograste llegar con tus billetes hasta una exposición de arte en Nueva York?
– Eso fue en el One Art Space y fue muy loco porque me contactaron para sumarme a ese proyecto y yo no tenía dinero para ir y los mismos venezolanos en las redes empezaron a apoyarme, alguien apareció y me dijo que me compraba el pasaje y que me pagaba el hospedaje y ese apoyo fue tan lindo que yo no me contuve y me puse a llorar. Yo fui por una semana y estando allá me agarró la pandemia y mi forma de mantenerme fue a punta de arte, la gente empezó a enviarme billetes y yo lo único que hacía era pintar, no cambiaría nada de esa experiencia. Eso hizo que empezaran a contactarme de todos lados y que mis billetes viajaran por el mundo.
– Tu arte llegó a las manos de Bad Bunny y él te mandó un mensaje, ¿cómo fue eso?
– Ese fue un momento de shock, a mi me encanta el rock, pero eso fue una locura porque yo no me encierro con la música. Los que son más fans de él no paraban de escribirme en redes sorprendidos porque él no le escribe a nadie, a lo sumo te deja un like. Para mi fue surreal porque es casi imposible llegarle a ese chamo y ese día me di cuenta que nada es imposible, yo logré hacerle llegar el billete a través de su mejor amigo y él me contestó, eso fue muy bonito.
– Otro artista al que cautivaste fue a Jorge Drexler que hasta te escribió para recibir personalmente su billete, ¿cómo viviste esa experiencia?
– Conectar con él fue hermoso, yo soy demasiado fan de su música, iba a verlo en un concierto y de pronto recibí una notificación de él diciéndome que me esperaba después del show en el backstage y yo no podía creer que él me estuviera invitando al backstage del mítico Gran Rex de Buenos Aires, donde se han presentado artistas legandarios como Gustavo Cerati y Charly García. Él es una de las personas más increibles del mundo, es muy sencillo, tomamos vino de la misma copa, yo no podía estar más feliz y él también lo estaba porque lo pinté en un billete uruguayo, él se lo mostraba a todos sus músicos. Conectamos mucho porque tiene familiares venezolanos, fue simplemente maravilloso.
– ¿Qué sientes al saber que con tu arte has logrado algo de lo que ningún ministro de economía ha podido, que es volver a darle valor a esos billetes?
– Yo estoy haciendo algo que había que hacer, porque tal vez había un vacío pero nadie lo había hecho, y esta es la manera más natural que encontré para hacerlo. Es muy bonito poder recibir ese reconomiento de la gente, lo que significa que si algún día tengo que dejar este mundo, aunque espero que no sea todavía, yo me voy feliz, porque me siento orgullosa, porque mis padres están orgullosos y senté las bases de algo muy cool. Como dijo Cerati refiéndose a su disco Fuerza Natural, “si con esto me tengo retirar, me retiro feliz”.