Los presidentes de Brasil y de Colombia mantienen por el momento silencio sobre el fallo en el que el Tribunal Supremo de Venezuela ha ratificado la victoria electoral de Nicolás Maduro.
Quien si ha hablado aunque brevemente y sin entrar en valoraciones ni detalles, es el asesor del presidente Lula para asuntos internacionales, el diplomático Celso Amorim.
«Veo las cosas realmente muy difíciles, pero vamos a seguir intentándolo con ayuda de otros y en colaboración con otros países que tienen una visión similar a la nuestra, haremos todo lo posible para evitar una situación internamente muy conflictiva”, ha declarado al medio brasileño Carta Capital.
La víspera Amorim se refirió, en una entrevista con CNN en español, a la posibilidad de nuevas elecciones al ser preguntado por el rechazo de María Corina Machado a la propuesta. “Si ambas partes dicen que ganaron, ¿por qué no celebrar otras elecciones en las que se puedan evitar los problemas que, según dicen, contaminaron estas elecciones? Si ganó [Machado], probablemente volverá a ganar, ¿verdad?”.
Los presidentes Lula y Gustavo Petro y las diplomacias de Brasil y Colombia trabajan desde hace tres semanas mano a mano para impulsar una negociación entre el chavismo y la oposición venezolana para que acuerden de manera pacífica una salida a la crisis.
Por el momento, Nicolás Maduro está cerrado en banda como indica que el Supremo haya avalado los resultados electorales sin que nadie fuera del chavismo haya visto las actas oficiales de los resultados de cada mesa electoral que exigen la oposición, organismos como la ONU y diversos Gobiernos, incluidos EEUU, la Unión Europea o muchos países latinoamericanos.