China aseguró este miércoles que su derecho al desarrollo es «inviolable», en respuesta a la entrada en vigor de un nuevo paquete de aranceles estadounidenses que eleva la tasa total sobre los productos chinos al 104%.
«El legítimo derecho al desarrollo del pueblo chino no puede ser arrebatado», afirmó hoy el portavoz del Ministerio de Exteriores Lin Jian en una rueda de prensa celebrada en Pekín.
«La soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo de China son inviolables. Seguiremos adoptando medidas firmes para defender nuestros derechos e intereses legítimos», añadió el vocero.
La Cancillería china evitó detallar por ahora las contramedidas específicas que emprenderá Pekín, pero subrayó que no aceptará «prácticas hegemónicas y de acoso» por parte de Washington.
«Estados Unidos sigue imponiendo aranceles a China y ejerciendo una presión máxima. China se opone firmemente a estas prácticas de hegemonía y coerción económica», dijo Lin al ser preguntado por la reciente afirmación del presidente estadounidense, Donald Trump, de que Pekín está «desesperado por llegar a un acuerdo».
El portavoz insistió en que si Washington quiere resolver las tensiones «mediante el diálogo y la negociación» debe mostrar una actitud «de igualdad, respeto y beneficio mutuo”.
«Sin embargo, por ahora, Estados Unidos sigue imponiendo aranceles de forma arbitraria y ejerciendo una presión implacable», recalcó.
Los nuevos aranceles anunciados por la Casa Blanca, de un 50 % adicional sobre productos chinos, se suman a un gravamen base del 10 % para todos los socios comerciales y a otras tasas impuestas este año a China por cuestiones como el fentanilo y las represalias comerciales.
En total, el país asiático enfrentará gravámenes de hasta el 104 %, la más alta impuesta hasta ahora.
Pekín ya había respondido con una batería de represalias, incluyendo aranceles del 34 % a las importaciones estadounidenses, restricciones a tierras raras, suspensión de productos agrícolas y sanciones a empresas de EE. UU.
La guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo ha escalado rápidamente, en un momento de alta volatilidad en los mercados y crecientes llamados internacionales a la contención.
China, por su parte, ha insistido en que no desea una guerra comercial, pero que «no teme enfrentarla si es necesario». EFE