Al grito de «Castillo renuncia ya» cientos de peruanos de organizaciones políticas y civiles marcharon este sábado por las calles de Lima para exigir la renuncia del presidente izquierdista Pedro Castillo.
AFP
Con banderas blanquirrojas y carteles que decían, «Renuncia Castillo corrupto», «Fuera Castillo fuera» los manifestantes, algunos con cacerolas marcharon por varios distritos limeños a la céntrica Plaza San Martín.
«El presidente debe salir del país porque hay demasiada corrupción, es un inepto y nos va a llevar a la ruina», dijo a la AFP la trabajadora de seguros, Úrsula Portocarrero.
En plaza también se concentró un grupo de simpatizantes a favor del mandatario izquierdista que se enfrentó verbalmente con los ciudadanos que exigían su renuncia.
La policía desplegó a unos 3.000 agentes antidisturbios para dar seguridad a los locales públicos y centros comerciales.
«Queremos que se retire y venga gente que ame a su país para lograr verdaderamente sacar adelante al Perú», declaró a la AFP Tula Casado de 58 años.
En la ciudad norteña de Trujillo se realizó una movilización similar.
Esta segunda manifestación se da luego de que el martes se registrará una movilización similar en las calles de Lima contra la declaratoria de inamovilidad total decretada por el gobierno durante 22 horas, ante posibles disturbios.
El mandatario levantó finalmente el toque de queda a media tarde del martes, tras una reunión con los líderes opositores que dominan el Congreso, mientras en el centro de Lima había choques entre manifestantes y policías y ataques a edificios públicos y comercios.
El toque de queda siguió a las protestas del lunes en varias zonas de Perú por las alzas de los precios de los combustibles y alimentos que dejaron un trabajador agrícola fallecido en la ciudad de Ica (a unos 300 km al sur de Lima).
El anuncio del toque de queda llegó una semana después de que Castillo, un maestro rural de 52 años, se salvara de ser destituido por el Congreso, donde los opositores radicales lo acusan de «falta de rumbo» y permitir la corrupción en su entorno.
La desaprobación a Castillo alcanza al 66%, según un sondeo de Ipsos de marzo.