Hicieron falta más de 50 renuncias a su gobierno para que el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, escuchara las voces que pedían su dimisión.
Johnson se vio inmerso en una crisis de consecuencias imprevisibles que derivó en una ola de renuncias de ministros y otros altos funcionarios que alegan haber perdido su confianza en el primer ministro para llevar las riendas del país.
La sacudida se inició el martes cuando, a partir de un escándalo de acoso sexual en el que se vio involucrado Chris Pincher -un parlamentario conservador cercano a Johnson- los ministros de Economía, Rishi Sunak, y de Salud, Sajid Javid, dos pesos pesados del ejecutivo, presentaron su dimisión.
Sunak argumentó que los ciudadanos esperan que el gobierno sea dirigido de una forma «apropiada, competente y seria»; mientras que Javid afirmó que la administración de Johnson no estaba «actuando en el interés nacional».
A partir de allí, y en un plazo de 24 horas, presentaron su renuncia más de 40 viceministros y otros altos cargos. Para la mañana del jueves, el número ya había llegado a 50 y seguía en aumento.
Tras resistirse a la posibilidad de abandonar el cargo, Johnson anunció la mañana del jueves que renunciaría como líder del Partido Conservador, según informaciones de la BBC, pero conservará su puesto hasta otoño, cuando se espera que un nuevo líder tome las riendas del país.
El mandatario había dejado clara su voluntad de seguir en el cargo durante una sesión parlamentaria el miércoles.
Los llamamientos para que renunciara ocurrieron solo un mes después de que el primer ministro enfrentara una moción de censura en el Parlamento en la que 41% de los legisladores de su propio partido votaron contra él.
Aquel intento de destituirlo tuvo lugar después de que salieran a la luz pública fotos y pruebas de encuentros y celebraciones en la sede del gobierno mientras el resto del país se encontraba confinado por las restricciones impuestas por el propio ejecutivo de Johnson durante la pandemia.
Preguntas y respuestas claves sobre la crisis que hizo colapsar el gobierno de Boris Johnson.
1. El origen de la crisis
El pasado 30 de junio, el diario británico The Sun publicó que el entonces subjefe de la bancada del Partido Conservador en el Parlamento, Chris Pincher, había manoseado a dos hombres en un club privado en Londres.
Pincher, quien había sido nombrado en ese cargo por Johnson en febrero de este año en medio de una reorganización del Ejecutivo, renunció inmediatamente.
A los pocos días, los medios británicos publicaron información sobre al menos otros seis casos de supuesta conducta sexual inapropiada por parte de Pincher ocurridos en los últimos años.
Pincher, quien fue suspendido por el Partido Conservador, ha pedido disculpas y ha dicho que cooperará plenamente con las investigaciones sobre su conducta y que está buscando «apoyo médico profesional».
2. ¿Cómo estuvo implicado Boris Johnson?
Aunque el primer ministro británico no es quien ha incurrido en conductas sexuales inapropiadas, el escándalo de Pincher lo coloca en una situación difícil debido a que se está cuestionando su buen juicio, así como la transparencia con la que el gobierno manejó el caso.
El pasado 1 de julio, la oficina del gobierno le dijo a la prensa que Johnson no sabía que hubiera acusaciones contra Pincher antes de su nombramiento.
El portavoz del gobierno dijo que el primer ministro no era consciente de «acusaciones específicas» sobre Pincher.
Esa fue la misma línea que mantuvieron en los días siguientes varios miembros del gabinete.
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