Una caída de más del 30% en el valor del bolívar frente al dólar en el último mes amenaza con poner fin la recuperación en Venezuela y el proceso de apertura económica prometida por el gobernante Nicolás Maduro, a medida que las presiones fiscales están arruinando la promocionada luna de miel entre el régimen y los empresarios.
Una considerable disminución de los dólares disponibles y un aumento de los bolívares en circulación inyectados por el gobierno ha llevado el valor de la divisa estadounidense a trepar desde los 5.91 bolívares por dólar en que se encontraba el 29 de julio a los 8.59 bolívares por unidad en que se encontraba el lunes, acumulando una caída de 31.2% en un solo mes.
El impacto económico del alza no se hizo esperar, con el alza del dólar de inmediato impactando los costos de los comerciantes, quienes de inmediato los trasladaron a los precios del consumidor. Alertado de un mayor descontento social provocado por la repentina alza de los precios, Maduro ordenó que fiscales del régimen salieran a revisar la situación en los comercios para garantizar que la mercancía esté siendo vendida a precios justos. Está acción marca un cambio en la retórica oficial que previamente promovía un tímido proceso de apertura económica que buscaba convencer a los empresarios que “Venezuela ya se arregló” y que podían volver a invertir en el país con toda confianza y dentro de un marco de menor regulación.
“Esta reacción muestra que el gobierno maneja la libertad de acción económica hasta donde puede, y si no se da la vuelta y regresa a la retórica de la especulación y de la sanción a los empresarios”, comentó el economista venezolano Orlando Ochoa. “Claramente muestran las limitaciones de una apertura en un ambiente autoritario”.
El riesgo de ser castigado con nuevas sanciones está erosionando rápidamente la confianza de los empresarios, agregó Ochoa. “Lo que se está escuchando es el posible cierre de muchos negocios, pequeños, medianos y otros, porque al tener que ajustar los precios en base a la tasa de cambio libre, y no la oficial, estos negocios temen ser castigados”, advirtió Ochoa. Los economistas dijeron que la situación, de continuar, podría contener el proceso de recuperación que venía registrando la economía venezolana, después de contraerse por más de cinco años consecutivo y ver una caída de más de 80% del Producto Interno Bruto.
La tasa de cambio oficial, que en los pasados meses fluctuaba no muy lejos de la tasa libre, se encontraba el lunes en 7.85 bolívares por dólar. Aun cuando esa tasa está disponible actualmente a todo venezolano con acceso al sistema bancario, muchos comerciantes adquieren dólares a través del mercado libre, ya que éstos son más fáciles de conseguir. Por otro lado, la situación amenaza con acelerar nuevamente la inflación, escenario que venía alejándose del proceso hiperinflacionario que registraba desde el 2018 y que alcanzó una tasa máxima de 2,690,000% en enero del 2019. A finales de julio, Venezuela registraba una tasa de inflación interanual de 139% y el régimen esperaba colocarla por debajo de los tres dígitos para finales de este año.
Ese objetivo luce difícil de alcanzar ante la actual situación económica, dijo Ochoa. El período de turbulencia por la que atraviesa actualmente la economía venezolana no sorprende a Francisco Ibarra, director de la firma Econometrica. Los problemas subyacentes de la economía venezolana en realidad no han sido resueltos y la estabilidad registrada en los últimos meses se debe a la dolarización que gradualmente e informalmente ha tomado lugar en el país. Paradójicamente, ha sido ese proceso de dolarización el que ayudó a Venezuela a alejarse de la hiperinflación, incluso cuando hoy está generando presión al alza sobre los precios.
El economista y diputado opositor José Guerra dijo en una entrevista con el portal de noticias La Patilla que los esfuerzos que venía adelantando el régimen para contener el tipo de cambio han fracasado y es lo que quedó en evidencia este mes, dado a que el Banco Central no tiene suficientes dólares para “anclar” el tipo de cambio. Y la demanda de dólares seguirá aumentando en vista a la debilidad que muestra el bolívar. “La hiperinflación ya no está pero sigue la inflación alta de ciento cincuenta por ciento al año. Eso claramente impacta y desfavorece la tenencia de bolívares porque tenemos bolívares que se evaporan con la inflación”, dijo en la entrevista. Guerra dijo dudar que el Banco Central de Venezuela logre revertir la situación dado a que no tiene suficientes dólares para hacerlo. “No tiene pulmón” para poder frenar la depreciación de la moneada, dijo. “Si se revierte serán cosas de muy corto plazo, cosas inmediatas”.