Comerciantes, buhoneros e incluso taxistas manejan sus tarifas en dólares en un país donde la moneda nacional sigue siendo el bolívar. Los verdes poco a poco se ven con más frecuencia, lo cual evidencia una dolarización sin freno.
A diferencia de la moneda nacional el dólar debe cumplir ciertos requisitos por parte de los que la manejan para ser tomados en cuenta: no estar rayados, rotos, arrugados e incluso con marcas de doblés según exigencias de los comerciantes.
En la zona del boulevard y mercado de Catia se pudo conocer que es más difícil comerciar con las divisas debido a que los buhoneros o dueños de locales no aceptan -como en la gran mayoría de lugares del país- billetes en mal estado.
Jhon Pérez, buhonero de la zona indicó que “el problema de recibir esos dólares en mal estado es que luego cuando van a reponer mercancía los proveedores no aceptan esos billetes y te ponen mil excusas, entonces uno tiene que ir a un bodegón a malgastar la plata para no perderla porque esa gente sí acepta todos los billetes”.
Otro de los comerciantes Luis Barrio, indicó que la recepción de dólares deteriorados es algo que se volverá común hasta que todos los acepten porque no existe un banco que emita la moneda directo de un cajero.
“Acá los cajeros automáticos no dispensan dólares, la gente que los trae si pasan por las fronteras terrestres los traen escondidos por miedo a que se los quiten y algunos se dañan, pero igual eso es dinero y el comerciante que tiene posibilidades de viajar los acepta y se los lleva y afuera los cambia o los usa normal”.
De esta modalidad del cambio o depósito de billetes fuera de las fronteras nacen “negocios” como el que realiza un trabajador de la economía informal que prefirió mantener su identidad oculta, el cual comentó que es parte de su trabajo el cambiar las divisas deterioradas por algunas en mejor estado para usar en el país.