La suspensión por parte de Rusia del acuerdo de exportación de cereales del mar Negro, que permitía a Ucrania exportar millones de toneladas de granos, también tendrá consecuencias en América Latina, donde países vulnerables sufrirán los efectos del alza de los precios de los alimentos, mientras otros podrían beneficiarse al aumentar su propia producción de granos.
Por VOA Noticias
Expertos anticipan que es “inevitable” un aumento del precio de la comida en América Latina. De acuerdo a algunos pronósticos esto podría comenzar a sentirse tan pronto como en las próximas semanas.
“Con la suspensión del acuerdo de cereales, es probable que aumenten los precios de los alimentos en la región, ejerciendo presión sobre los presupuestos familiares y aumentando la hambruna”, dijo a la Voz de América Bernardo Javalquinto, economista y académico radicado en Chile.
Granos como el trigo y el maíz son dos de los alimentos básicos más importantes en América Latina, debido a su uso en platos como el pan, la pasta, tortillas y palomitas de maíz, recordó Javalquinto, quien es miembro del Comité Bretton Woods, una organización sin fines de lucro en EEUU dedicada a la cooperación económica.
Fragmentos de un misil de crucero ruso Kalibr en un edificio dañado durante un ataque con misiles y drones de Rusia a la ciudad portuaria ucraniana de Odesa, en el mar Negro, el 18 de julio de 2023.
Para Gustavo Flores-Macías, vicerrector adjunto de asuntos internacionales de la Universidad Cornell, “si bien es probable que el aumento de precios no sea tan pronunciado como cuando comenzó la guerra, el efecto de los precios más altos de los alimentos también se sentirá en América Latina, especialmente entre los países que dependen de las importaciones de granos”.
Flores-Macías advirtió que «es probable que el aumento de los precios de los alimentos se sienta en cuestión de semanas, a medida que se agoten los suministros existentes y escaseen los cereales y el aceite de girasol”.
Sin embargo, el colapso del acuerdo también “puede ayudar a los países productores de la región, como Argentina y Brasil, que han aumentado la producción de granos”, apuntó Flores-Macías.
Los países miembro del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay-, podrían beneficiarse del fin del acuerdo de granos, “ya que hará subir los precios mundiales de esos productos básicos” y estos son “grandes exportadores de granos y otros productos agrícolas, incluidas las semillas oleaginosas”, dijo a la VOA Christopher Hernandez-Roy, director adjunto del programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un centro de pensamiento en Washington.
Sin embargo en el caso de Argentina, por ejemplo, el fin del acuerdo de granos llega en un momento de severa sequía, que está afectando la producción agrícola del país.
Javalquinto detalló que, aunque América Latina es un “importante productor de productos agrícolas como la soja, el café y el azúcar”, la guerra en Ucrania ha interrumpido las cadenas de suministro global, “haciendo que sea más difícil y costoso para los agricultores latinoamericanos acceder a insumos como fertilizantes y pesticidas”.
Otros países de la región que dependen de las exportaciones del MERCOSUR “podrían esperar pagar precios más altos; y otros países que dependen de las importaciones, como el Caribe, Haití, Venezuela, Cuba y Centroamérica, inevitablemente sufrirán precios más altos de los alimentos”, según Hernandez-Roy.
El acuerdo de exportación de granos fue mediado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Turquía en julio de 2022, y desde entonces, ha permitido que 1.145 barcos zarparan de Ucrania con maíz, trigo, aceite de girasol, harina de girasol, entre otros, a países en África, el Oriente Medio y Asia.
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