La acumulación de tejido adiposo visceral (VAT) es uno de los principales factores claves que diferencian individuos obesos metabólicamente saludables de los que no lo son. Está estrechamente relacionado con el desarrollo de múltiples factores de riesgo como hipertensión, dislipidemia, diabetes tipo 2 (T2D) y un marcador independiente de mortalidad.
Además, se encontró una vinculación, de forma independiente, con un riesgo de hipertensión elevado a 10 años, particularmente en hombres, y se sugiere como una herramienta para la evaluación del riesgo de enfermedad ECV a largo plazo. Por otro lado, el tejido adiposo subcutáneo (SAT) se asocia de manera inconsistente con la morbilidad relacionada con la obesidad.
Ahora, los científicos de la Universidad Ben-Gurion de Israel acaban de confirmar en un documento, que se publicó en la revista BMC Medicine, que, si bien la dieta mediterránea siempre ha sido una recomendación para mantener la salud, una opción vegetariana de la misma alimentación puede ayudar a las personas a eliminar el doble de grasa visceral que una versión estándar de la dieta saludable.
En ese sentido, los investigadores en Israel indicaron en su documento que “modificar esta dieta popular para reducir aún más la carne roja y aumentar los polifenoles hace que la dieta mediterránea sea aún mejor para eliminar esta forma dañina de grasa”.
El equipo de la Universidad Ben-Gurion del Negev afirmó que “la grasa visceral es el verdadero problema cuando se trata de salud y pérdida de peso. Este tipo de grasa se acumula alrededor de los órganos internos y es increíblemente difícil de eliminar. También produce hormonas y otras toxinas que tienen un vínculo con las enfermedades cardíacas, la diabetes y la muerte prematura”.
La profesora Iris Shai y un equipo internacional de investigadores modificaron la dieta mediterránea estándar, que generalmente incluye grandes cantidades de aceite de oliva, pescado, frutas, verduras, nueces, semillas y una cantidad mínima de carne roja. Además de los 28 gramos de nueces al día, 294 participantes consumieron de 3 a 4 tazas de té verde y 100 gramos de batido verde de lenteja de agua todos los días durante 18 meses.
Los especialistas destacaron que la lenteja de agua tiene un alto contenido de proteínas biodisponibles, hierro, vitamina B12, vitaminas, minerales y polifenoles. Las personas que adoptan esta dieta también sustituyeron la ingesta de carne por otros alimentos. “La calidad de los alimentos es tan importante como contar las calorías”, afirmaron en su documento los investigadores.
Comer con conciencia
Los resultados muestran que seguir una versión más vegetal de la dieta mediterránea redujo la grasa visceral en un 14%, en comparación con el 7% de quienes siguen una dieta mediterránea estándar.
”Un estilo de vida saludable es una base sólida para cualquier programa de pérdida de peso. Aprendimos de los resultados de nuestro experimento que la calidad de los alimentos no es menos importante que la cantidad de calorías consumidas y el objetivo actual es comprender los mecanismos de varios nutrientes, por ejemplo, los positivos como los polifenoles y lo negativo del aporte de los carbohidratos vacíos y la carne roja procesada, sobre el ritmo de diferenciación de las células grasas y su incorporación en las vísceras”, indicó Shai.
”Una reducción del 14 % en la grasa visceral es un logro espectacular para hacer cambios simples en su dieta y estilo de vida. La pérdida de peso es un objetivo importante solo si se acompaña de resultados valiosos en la reducción del tejido adiposo”, concluyó la coautora, Hila Zelicha de la misma universidad.