Experimentar estrés en el trabajo de vez en cuando es normal, pero cuando ese estrés se vuelve cada vez más frecuente, o incluso permanente, termina consumiendo a la persona hasta llevarla a un punto de agotamiento extremo que afecta tanto su desempeño laboral como su salud. Esta situación es conocida en inglés como burnout o, síndrome del ‘trabajador quemado’.
Hasta no hace mucho, el ‘burnout’ solía ser considerado un problema relacionado con una ‘mala gestión de la vida cotidiana’, pero en el 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) le asignó la etiqueta de “fenómeno laboral” para reflejar claramente que hablamos de una enfermedad laboral producida por el estrés crónico.
Según un estudio realizado por la OMS, cerca de un 10 por ciento de los trabajadores del mundo están afectados por el síndrome del ‘trabajador quemado’ o ‘surmenage’, como se le conoce en francés, porque es claro que no hay sociedad que hoy escape a este problema.
¿Cómo saber si usted lo está padeciendo? Algunos de los síntomas más comunes son: fatiga física y mental, importante disminución en el rendimiento profesional, falta de motivación para realizar las tareas cotidianas, sensación de frustración e irritabilidad. Pero también hay señales externas. Por ejemplo: ¿Alguien de su entorno le ha pedido que trabaje menos?
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