«No, no es un 24 diciembre, es un sábado cualquiera en medio de la pandemia», refiere impactado Ernesto Castillo al referirse al río de gente que la mañana de hoy circulaba por Los Teques.
Sin distanciamiento físico, cientos de peatones se desplazaban desde temprano por el bulevar Bermúdez en busca de alimentos y trabajo.
«Hay más gente desde que decretaron lo del terminal de la cédula que antes», agrega un comerciante, tras asegurar que resulta imposible contener tanta gente en la calle.
Carmen Linares asegura que salió hoy porque le correspondía su terminal de cédula, admite que ya se organizó con el resto de su familia para poder salir a diario a comprar.
«Mi hijo sale los lunes, mi esposo los martes, a mí me toca los jueves y mi cuñada los miércoles», explica. Como la gran mayoría vive del día a día, por lo que para ella no existe «quedarse en casa».
Agrega que aunque su marido sólo puede comprar los martes, igual sale todo los días a buscar trabajo, «mata tigrito cortando grama, posando árboles, ect, así que en casa difícilmente se quede alguien».
Opina que más que intentar encerrar a los ciudadanos ajuro, el gobierno debería dar una ayuda en dinero significativa a cada familia así como dotarlos de tapabocas. «Los bonos son un chiste que no alcanza ni para el queso».
«Lo del terminal de cédula es un fracaso porque no terminan de entender que el venezolano prefiere morir de Covid-19 que ver a sus hijos morir lentamente de hambre», puntualizó.
Redacción El Tequeño
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